Manuel / Gómez Marín

La metamorfosis del CB Huelva

Desde el ascenso a Primera en 1988 y la compra de la plaza tras bajar en 1989 comienza el desfase de cuentas

EL proceso de disolución del CB Huelva SAD se ajusta a la legalidad y a los plazos estimados. Primero se anunció en el nº 43 del Boletín Oficial del Registro Mercantil el día 3 de marzo, tras aprobarse el 20 de febrero un acuerdo del consejo matizando en el punto 3 del orden del día "estudio y aprobación, si procede, de la disolución de la sociedad", y en segundo lugar se aplicó el artículo 260.1.4 de la Ley que regula las Sociedades Anónimas, donde el club, a consecuencia de pérdidas, reduce su patrimonio a una cantidad inferior a la mitad del capital social, que es algo más de 123.000 euros, para una deuda superior a tres millones.

Desde el ascenso en 1988 a la Primera División en Cádiz y la compra de la plaza a San José de Gerona por 15 millones de pesetas, tras descender en 1989 ante Obradoiro, comienza el desfase de presupuesto. A partir de aquí, el adelanto de dinero del patrocinador restaba al año siguiente, todo sin equilibrar los ingresos.

El rigor y la ética jamás estuvieron al alcance de los gestores: ninguno reflexionó para el mea culpa individualizado y frenar la catástrofe.

"Entre todos la mataron y ella sola se murió", pregona un dicho popular. La heterodoxa gestión económica, acumulada tras ascender a la ACB el 20 de mayo de 1997, certifica un desorden en todos los apartados, además de activar la decadencia y la proliferación año tras año en base de tergiversar el déficit y cierres económicos, unido a la desconfianza de las instituciones, sin conocer la fiabilidad de las deudas.

Paco Bayo, máximo accionista desde 2002, entró en el club como aprendiz de baloncesto, hacerse notar y a fe que de hecho lo ha conseguido, mal asesorado y apoyado en los correveidiles que le confundieron, sin entrar en los aduladores que disfrutaron de su confianza en plan sabihondos. Y después de la disolución llega el período de liquidación de la sociedad con el cese de facultades de los administradores.

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