Ajuste fino

Antonio Castro / Ancastro@huelvainformacion.es

El mercado y los nuevos bufones

Los últimos debates nacionales y trascendentales relacionados con el mundo de la cultura tienen que ver de una u otra forma con el dinero: la ley del cine aporta garantías de subvenciones y el canon digital lo mismo. Es decir, el valor de la cultura se ha tasado en volumen de subvención e impuesto indirecto. Como nuestros queridos genios nacionales no pueden competir en un mercado competitivo, necesitan la subvención para sobrevivir.

La figura del intelectual orgánico, es decir, aquel sujeto que tiene un puesto en la cultura por su condición de sostén argumental del poder que le mantiene, ha dado paso a la del artista necesitado que se manifiesta contra una guerra y pasa la cuenta después para poder seguir viviendo como artista. El resultado de este proceso es una degradación de la cultura, domesticada por un poder que a la vez la vacía de contenido en las enseñanzas elementales.

Así, el intelectual clásico como elemento comprometido deja paso al bufón de la corte, que reaparece como artista, productor, director de cine o cantante agraviados todos por la piratería industrial.

Resulta deprimente ver a Teddy Bautista, a quien en nuestra pubertad admiramos como líder de 'Los Canarios', defender el mercado presidiendo la SGAE y al mismo tiempo pedir subvención a la "obra" con un impuesto indirecto, o a Sabina darle estacazos a los vendedores callejeros por ilegales mientras busca su fama en la épica de la ilegalidad urbana, o a Miguel Ríos... Tantos defensores del mercado (con subvención) como ahora son una vez que han conseguido hacerse con el poder en los aparatos oficiales que influyen en ese mercado.

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