La cosa me da por la sonrisa plácida de quien viene de lejos y tiene mil heridas en batallas que nunca ha ganado aunque, eso sí, ha peleado hasta el final y seguirá haciéndolo por mucho que le den en las costillas.

Se me ocurre indagar sobre lo que ha sobresalido a lo largo del año pasado para que celebremos nuestros éxitos porque, no vamos a engañarnos, a pesar del propagandismo oficial y digan lo que digan hay poco que celebrar. Lo de siempre, con una dosis de indolencia doméstica y mojarrera. Todo bien hilvanado para que siga dando vueltas eso del bienestar, el progreso y la cultura. ¿Será un sueño de ilusos o una incapacitante realidad? Analicemos la cuestión.

Entre aplausos, veo a la presidenta de la Junta que en pocas horas brinda con vino y fresa ante la concurrencia acérrima y días más tarde, en Ayamonte, inaugurando la Casa del Pueblo y augurando recuperar la Alcaldía. Sin problemas.

Mientras, dos manifestaciones con miles de onubenses a la cabeza se echaron a la calle para que oyera el fracaso de su política sanitaria, joya de la corona. Granada fue el detonante, luego Málaga, Sevilla, Cádiz, Jerez, y así hasta que el 73% de los andaluces declarando el impasible caos. Sordera integral y rostro impenetrable.

Citemos también el notición del podemita Rafael Mayoral, quien refiriéndose al cercano e histórico municipio de Aljaraque tuvo la manifiesta insensatez de declarar que era "un pueblo perdido" de Huelva. Sin oposición pública.

Tampoco es manca y desechable la sordera oficial e inadecuada de quienes "han desoído" la propuesta de María Teresa Thomas, viuda de Pepe Caballero, ofreciéndole a Huelva la posibilidad de albergar la colección de dibujos del pintor. Aplausos.

Siguiendo con el año de albricias ¿qué decir al respecto del esperpéntico espectáculo sobre los restos arqueológicos expoliados, el sempiterno abandono del acueducto romano, el incierto destino del Banco de España o el pase de tacón al 90 aniversario del Plus Ultra? Capotazo.

Para quien esto escribe, lo mejor de 2016 ha sido: el banco del Banco de Alimentos, la Procesión Magna, Carolina Marín, el salto a la fama de Manuel Carrasco, el reconocimiento de los concertistas José Luis Rodríguez y Javier Perianes, y la excelencia internacional de los jamones Eíriz. Esfuerzo puro y duro personal. Lo oficial, desaparecido.

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