En 2018, y por quinto año consecutivo, las pensiones suben un 0,25%. La noticia es tan buena que de nuevo la ministra de Empleo, con su particular sentido del humor, enviará una cartita a los pensionistas para comunicarles efusivamente que ganarán dos euros más al mes. Seguramente lo hace con buena fe, porque los jubilados echan sapos y culebras por la boca y así se relajan y ya no necesitan gastarse dinero en gimnasios (en este país todo está pensado).

Conociendo las cifras, el asunto de las pensiones genera pánico, y con razón, a la mayoría de españoles. De los 67.000 millones que había en la famosa hucha en 2011, queda poco más de 8. Sólo el pasado año la Seguridad Social tuvo que retirar más de 7 millones para las pagas de los pensionistas y le queda para una paga más…

Como la situación es grave, el Gobierno ya ha buscado una solución. Se deja este año tranquila a la Seguridad Social, a la que tienen exhausta entre unos y otros, y se llama a la puerta de un cuarto Rey mago de Oriente llamado Tesoro Público que presta 15.000 millones al Ministerio de Empleo a fin de que los pensionistas cobren sin problema mensualidades y pagas. Es la fórmula más acertada para tenerlos contentos y es que al Gobierno le preocupa muchísimo el que estén satisfechos. Porque si ellos dejasen de cobrar su paga ¿Quién le pagará la factura de la luz al hijo parado? ¿Quién correrá con los gastos de las actividades complementarias de los nietos? … Por su parte, la oposición socialista ha pensado una solución, y después de una larga reflexión, sentencia: "Que sean los bancos los que paguen la deuda". Dicen que después, Pedro Sánchez se felicitó a sí mismo por la genialidad de su fórmula.

Por lo visto, no se encuentra qué hacer para que el gasto no supere a los ingresos. Porque los casi 20.000 contratos temporales en un año apenas aportan a la hucha; tampoco el paro o la precariedad laboral… Es urgente una solución porque al desfasado Pacto de Toledo, que regula las pensiones desde 1995, ninguno de los partidos parece querer meterle mano, no sea que pierda votos; aunque saben, y no les conmueve lo suficiente, que en 2050 los mayores de 65 años ocuparán el 40% de la población.

Pero aún hay más y más grave. Cuántos serán los jóvenes parados, cuántos trabajando en "lo que sea", cuántos que se conforman con el sueldo y horario que les ofrezcan… Cuánta desesperación habrá para aspirar, más que a un trabajo que les ilusione, a convertirse en pensionista.

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