El Puente

Victoriano / Ruigómez

Quien mal anda, mal acaba

NO esperaba, por muy cantado que estuviese, la decisión que tomó el consejo de administración del Recreativo. El cese del entrenador no fue más que la confirmación de que las cosas, últimamente, no se hacen bien en la sede de la avenida del Decano. Este despido me recordó al de Manolo Zambrano hace algo más de una año. Ni uno ni otro contaban, para empezar, con el respaldo de la directiva -consejo de administración- y así es complicado trabajar. La soledad de Javi López, acentuada tras la derrota ante el Salamanca, es una evidencia tan rotunda que no se cómo la ha podido aguantar el técnico fulminado. El paso dado debería hacer reflexionar a los directivos. Mirar hacia dentro y analizar los pasos dados desde hace tres temporadas. Del cielo al infierno de un solo batacazo. La falta de un proyecto de futuro, que nos dejó sin Marcelino, y el reinventarnos todos los años acaba con el club despistado, sin norte, y sin saber a dónde va.

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