El proceso hacia la independencia de Cataluña lleva meses ocupando importantes espacios en los informativos privados y públicos, hasta llegar a la desproporción. No obstante, este exceso de información parece que más que cansar, aumenta el apetito del receptor para engullir más detalles y más datos hasta crear una bulimia informativa… Adonde vayas, escucharás declaraciones de los protagonistas pero versionadas por la gente de la calle, que acaba de oírselas al político de turno o a los tertulianos. Así se va alimentando a una ciudadanía, entendiendo que ésta necesita ser amaestrada y protegida. Así se le va enseñando el camino a seguir para que vaya construyendo su propia opinión, aunque ésta se convierta en un puzle construido con las de aquellos que viven de eso, de opinar más que de informar.

Cuando parece que los resignados ciudadanos ya se han acostumbrado a levantarse con los "Jordis" y a acostarse con los CDR (Comité por la Defensa de la República) y entre la población se aprecian signos de aburrimiento de que siempre sean los mismos diciendo lo mismo, saltan las alarmas y hay que mostrar otras historias (tampoco debe permitirse que deje de informarse). Aparece el "caso Cifuentes", apetitosa "carnaza" para un pueblo todavía acomplejado y convencido de que los éxitos se consiguen con "amigos influyentes". Y en pleno apogeo del descrédito concedido a la Universidad Juan Carlos I y al resto de Universidades de paso, para que no se aburra el personal, se le da otra historia (la de la foto de la Familia Real) sin ninguna trascendencia pero hábilmente interpretada.

Así, entre catalanes, Cifuentes y la Familia Real se le da contenido a los tuiteros que se dedican a divulgar una versión propia de la información, la coincidente con su percepción sobre lo que ocurre o con sus propias ideas, pero evitando siempre nuevas miradas u otros análisis. No es esto lo peor, lo peor es que estas noticias que circulan entre los medios informativos y por las redes, consiguen tapar bajo varias mantas el contenido de las conversaciones que mantienen los grupos políticos para alcanzar un Pacto Educativo o las desigualdades e injusticias de los Presupuestos Generales del Estado. Con esta selección y monopolio de temas llega a olvidarse la ausencia de debate sobre el Impuesto de Sucesiones andaluz y no llama la atención a nadie el camuflaje con el que la Junta presenta sus Presupuestos o las relaciones del Ayuntamiento onubense con Hacienda…

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