Ajuste fino

Antonio Castro / Ancastro@huelvainformacion.es

La ideología, de corbata

EL verdadero debate ahora está en el uso de la corbata. El ministro de Industria, Miguel Sebastián, se ha presentado en el Congreso sin corbata para que se pueda bajar el aire acondicionado, es decir, para ser coherente con su filosofía de que no es que el recibo de la luz suba sino que gastamos mucha electricidad. A partir de aquí, la modernidad ha saltado arrastrando a los conversos: de momento, el ministro de Trabajo dice que también irá sin corbata desde ahora.

La ideología siempre ha sido mucho de la parte del vestir. De tal forma que cuando el PSOE llegó al poder lo hizo en traje de pana, el de Alfonso Guerra, dueño de las esencias, aunque sacando la cabeza por el Hotel Palace. Después vino la filosofía de "la arruga es bella" y el apoyo al diseño como cultura de la modernidad, los tonos oscuros en los trajes de los líderes, la foto de las ministras de Zapatero para la revista Vogue, y finalmente la exclusión de la corbata para que baje la factura eléctrica.

Por la orilla de este debate, el de la corbata, se celebra el congreso del PSOE, con disquisiciones ideológicas relacionadas con la antigua o nueva moral. Pero éste es el terreno de las enmiendas, de las miles de enmiendas sobre las diferencias entre el ser y el parecer. La enmienda como mecanismo de participación tanto en el congreso de un partido como en un parlamento, es lo que distingue al diputado o compromisario laborioso, y después lo empuja hacia la frustración porque no hay nada menos productivo que enmendar lo que no se va a hacer. Pero el debate hoy, como cuando Lenin decía que lo revolucionario era la forma, está en la corbata, que es la excusa que el ministro tiene para desdramatizar la subida en el recibo de la luz.

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