Ajuste fino

Antonio Castro / Ancastro@huelvainformacion.es

Los guardias de cada cual

ENTRE los 'deslizamientos' ideológicos que se han producido en lo que se entiende por izquierda política, uno de los mayores es el referente a la seguridad. Hace unos años, no muchos, el debate seguridad/libertad contaba al menos con una especie de recato por parte de lo que se entiende por izquierda y un reparo a considerar el recurso policial. Es decir, había una mayor inclinación hacia la comprensión del delincuente que hacia la labor policial o 'represión' del delito.

Con el tiempo y las circunstancias, es decir, con el peso de la realidad, lo que se entiende por izquierda ha pasado a presumir incluso de aumentar la plantilla de guardias y policías más que nadie. El propio Rubalcaba sacaba recientemente un gráfico subrayando en él los miles de policías con los que el actual Gobierno ha aumentado las fuerzas de seguridad en comparación con el anterior, tildando por ello a Rajoy como el peor ministro de Interior.

El acercamiento entre lo que se entiende por izquierda y lo que se entiende por derecha en este tipo de conceptos, antes marcadamente ideológicos, es una de las razones por las que resulta difícil animar una campaña con argumentos y no con insultos y ataques incluso de tipo personal. Si hubiera diferencia de conceptos entre la supuesta izquierda y la supuesta derecha sería posible un debate animado sin necesidad de recurrir a otros elementos, como el ataque de tipo personal. Y a medida que esas diferencias ideológicas desaparecen, el debate se hace más tosco e incluso grotesco y al no haber dos propuestas alternativas también resulta más difícil evitar que el votante se escore hacia la abstención.

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