Asentamiento es una palabra que tiene dos acepciones interesantes: "lugar donde funciona un negocio" y "asiento y conjunto de viviendas que están hechas de material desechable o de chabolas abandonadas".

Vi asentamientos en la República Dominicana. Fue una noche que yendo de Santo Domingo a Cabeza Toro me perdí y acabé en medio de una plantación de caña de azúcar. Allí pude observar con la mirada de un viajero la pobreza de los haitianos, asentados a las entradas de la plantación. Pena por ellos, pero también de la sociedad que lo permite.

Aquí en Huelva, sí, en Huelva, tenemos asentamientos de trabajadores del campo en las plantaciones de fresas y arándanos. Se paga algo más de 35 euros de jornal diario a los que recogen la fruta; la mitad de lo que se paga en Francia, los patronos dicen que las mujeres marroquíes están muy consideradas por su resistencia a permanecer agachadas y porque culturalmente son muy sumisas.

Una parte no poco importante de los asentados carece de permiso de residencia y en consecuencia de contrato de trabajo; las condiciones de muchos trabajadores en la recolección es lamentable.

Si una actividad que es a la vez motor económico por su importancia diferencial y su relevancia económica se gestiona como un negocio, las perspectivas a largo plazo no serán óptimas. Es un error dedicarse solo a ganar dinero porque los mercados son cada vez más exigentes, éticos y ecológicos; se están transformando y no está muy lejos el tiempo en el que los clientes de los mercados avanzados exigirán garantías fehacientes de producción ética. Cuando eso suceda, las empresas que no puedan acreditarse en esa exigencia tan razonable estarán abocadas a mercados menos exigentes en los que el precio es el único y decisivo factor.

Es una cuestión de mentalidad y habrá quien piense que cuando llegue ese momento, ya se cambiará. No funciona así. Las mentalidades y culturas empresariales no se modifican fácilmente.

También hay que preguntarse muy en serio si son eficientes las inspecciones de trabajo y la persecución de irregularidades en el ámbito inmigratorio.

El conchabeo, aunque parezca lo contrario, no ayuda a largo plazo en lo económico porque contribuye a cimentar una mentalidad empresarial equivocada.

En las sociedades desarrolladas no debería permitirse; por consideración a ellas mismas.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios