Los feriantes se han ido y con ellos esa emoción festiva de agosto que nos convoca alrededor de la orquestina, la tómbola, los cacharritos, las avispas del puesto de turrón, el algodón de azúcar y el sabor a buñuelos con chocolate. Sólo quedan los restos silenciosos de unas cuantas casetas donde arrimar el hombro y escuchar al cantante de turno junto a una racioncita de ¿gamba blanca? y de ¿ibérico puro? para los derrochones, un picaíllo, unas patatas aliñás o un gazpacho fresquito para aquellos que andan cortitos de guita.

Y una vez que los cohetes han dao las boqueás, conviene preguntar a las autoridades pertinentes y expertos en montajes de alterne y bullicios, en qué se diferencian las Colombinas de cualquier otra feria, llámese, Sevilla, Madrid, Málaga, Bilbao... Las Fallas, San Fermín, La Merced, Las Angustias de Ayamonte o Clarines de Beas.

Soy tan torpe que no alcanzo a encontrar el matiz distintivo, aunque dicen que existe un océano diferenciador, lo que genera una terrible duda, ¿Será que se nos ha pasado algo? ¿Será tal vez que hemos dilapidado nuestra historia? Quizá lo auténtico sería pensar que somos lo que somos oponiéndonos a Las leyes de Indias, las Cartas Reales y el hallazgo de un Nuevo Mundo.

Ocurre sin embargo que algunos geniecillos de esta farsa, cuantifican "los tres hechos más importantes de la humanidad", dicta el historiador Arnold J Toynbee, como algo intrascendente, aunque en ella se cite "la aparición del cristianismo, el Descubrimiento de América y la llegada del hombre a la luna", cosa que nos aleja de la típica Feria para adentrarnos en la Celebración Universal.

¿Y cómo festejamos este acontecimiento? Diríase que no consta la presencia de la comunidad hispanoamericana, sus representaciones institucionales y los grandes eventos en conmemoración de aquella aventura, transformadora de una nueva era.

Total, un cambio radical que nace en Santa María de La Rábida y acaba con tres naos tripuladas por pilotos y marineros de las riberas de Huelva.

La cosa es que, si no fuera por el esfuerzo humildísimo de la Real Sociedad Colombina, los onubenses no conocerían el impacto de aquella imperecedera hazaña que desde López de Gomara, Alonso de Ercilla, el Inca Garcilaso, Fray Bartolomé de las Casas... hasta el contemporáneo Toynbee, han descrito tan extraordinaria hazaña.

Pero nosotros, tan panchos y tan lerdos, seguimos con la Feria.

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