Cosas que pasan

Ricardo Castillejo / Rcastillejo@grupojoly.com

La 'fashion victim'

MI amiga Maribel es lo que suele definirse como una fashion victim. Adora la moda, las marcas y, más allá, los personajes que representan ese mundo bucólico con el que sueña cada noche y que, después por la mañana, recrea para mí con pelos y señales durante el desayuno que compartimos antes de entrar a trabajar. Un universo cuyo diccionario empieza con la "a" de "Amaya Arzuaga" y termina con la "z" de zapatos de Manolo Blahnik.

Por si fuera poco, la susodicha se acaba de echar un novio -o algo parecido, pues creo que llevan dos o tres semanas juntos-, que, para celebrar su joven amor, le ha regalado un viaje a Nueva York, según ella me cuenta, de quitar el hipo. Y a mí, cuyo horizonte vacacional no pasa, como mucho, de Madrid, todo lo suyo me da una envidia horrorosa aunque, por una vez, esta semana me haya tocado a mí ponerle los dientes largos.

Así que, el otro día, nada más empezar con el ritual de lo de narrar sus fabulaciones nocturnas, le confesé que, durante el tiempo que ella invertía en simples fantasías, el mío lo convertía en contundentes realidades: "He estado en una fiesta con "la" Preysler. Ha dicho que no sabe si este año irá de vacaciones a Marbella, como tiene por costumbre cada verano desde hace veinte años, porque en su casa mandan las niñas y ellas no lo tienen aún claro. Así que, en ésas anda con Miguel, su marido…". Imagínense la carita de Maribel. Del rojo al amarillo y, de éste, a un morado bajo el que parecía atragantada con la raspa de una sardina. "Pues sí", continúe. "Es guapísima, altísima, estilosísima y amabilísima. Y no sé por qué utiliza tanto photoshop porque, realmente, no le hace falta. Además, hasta me guiñó un ojo y todo… Fue en Estepona, en una presentación que hizo la Joyería Suárez y donde comentó que su nieto, el de Chabeli, está estupendo".

Maribel terminó su tostada en silencio. En su mirada se dibujó la triste certeza de que, por mucho que se tenga, no siempre se consigue todo aquello que uno desearía.

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