Ojo de pez

Pablo Bujalance

pbujalance@malagahoy.es

En la escuela

Casi siempre hay por estas fechas bastante ruido político respecto al nuevo curso, pero hoy hay cuestiones más graves

Pues sí, hoy nos hemos levantado unos cuantos más temprano, de bulla, con una mano puesta en el colacao y otra en comprobar que efectivamente el polo aquel que rescatamos del armario hace dos días está libre de manchas, con una pieza de fruta para meter en la mochila y los lápices bien afilados. Mientras los separatistas catalanes se deshacen en su protofascista aquelarre de banderas y Susana Díaz busca argumentos favorables a la consideración nacional de Andalucía para cuando al Rey Lear le dé por partir la tarta, los alumnos de Educación Infantil y Primaria vuelven a las aulas según el ritual de costumbre, con sus reencuentros, sus desganas, sus nervios, sus ilusiones y el horario de obligado cumplimiento que se nos impone a los adultos. Los de ESO, FP y Bachillerato lo harán el próximo viernes y todo habrá quedado puesto en marcha hasta junio. Casi siempre hay por estas fechas bastante ruido político en torno al nuevo curso, entre las presunciones de la Junta respecto a las medidas adoptadas en pro de la modernización de la escuela pública y las llamadas de atención de la oposición en lo relativo a los vagones de cola, la falta de personal docente, las deficientes infraestructuras, los conciertos y todo lo demás. Pero este año el ruido es mucho menor. Hay, parece cosas más importantes de las que hablar.

Hasta cierto punto es lógico que si alguien se lía a hablar de naciones y no cita a Andalucía salga la presidenta de la Junta a recordar aquello de ni más, ni menos. Especialmente si los dos lumbreras son del mismo partido. Imagino que Susana Díaz se juega mucho con el rollo nacionalista: al cabo, es su negocio. Y dado que aquí, como en Cataluña, no hay excesiva disposición ni talento para desarrollar una política autonómica de calidad, siempre se puede emular a Mariana Pineda y salir con la bandera, aunque no sea la misma, para ver si a base de tripas y refuerzo patriótico se araña algún voto que permita mandar callar a los de Ciudadanos, aunque sea un poquito. Otra cosa es que los andaluces seamos o no tan tontos como para tragarnos el cuento, pero ése es otro asunto. La cuestión es que un servidor daría una pierna con tal de ver a Susana Díaz mojándosecon la cuestión educativa tanto como con la cuestión patriótica; viéndola presumir de patrimonio: ahí tienen a nuestros alumnos, los mejor preparados en las mejores escuelas. A ver si un indepe es capaz de resoplar. Eso sí que sería hacer patria.

Pero bueno, es lo que hay. El presente y el futuro se cocinan en nuestras aulas. Con la convicción de que todas las banderas se cagan ante el conocimiento. No vale perder.

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