El dilema

La volatilidad del voto militante no tiene paralelismo con los intereses de los electores

Casi siempre que finaliza una situación convulsa derivada de una confrontación de grupos liderados por personas que no solo compiten sino que no se soportan, se plantean dilemas sobre las teóricas actitudes a seguir tanto por el vencedor como por el derrotado. Item más, esto se acentúa cuando el perdedor era el favorito de los gurús generadores de opinión, de los medios de comunicación y, en el caso de la política, del aparato del Partido. Automáticamente, al ganador -previamente, denostado, desprestigiado, …- se le pide, con insistencia, rechace pasar facturas, potencie la unidad, sea generoso, … en un claro ejercicio de cinismo puesto que de haber sido otro el resultado, ¿se imaginan qué habría sido del supuesto impresentable?, sencillamente, sería borrado del mapa.

Esta es la realidad, lo cual planteo de forma genérica, ahora actualizada por el éxito de ZPedro. Esa realidad, en política, dice que se "deben dejar cadáveres y no heridos en el camino pues estos se recuperan y tratarán dematarte a ti".

Y dicho esto, ahí está el dilema de ZPedro. ¿Actuar con arreglo a su propio interés o al de todos? Digo todos porque España necesita un PSOE con fortaleza para la alternancia, fundamental para el sustento democrático del sistema. Del resultado de las primarias, debe deducir el vencedor, algo que no es banal cara a su futuro: hay más antisusanistas que pedristas.

A partir de ahí, ser consciente de que internamente podrá necesitar "mano de hierro con guante de seda" pero, como opositor, saber que su verdadero poder es el del número de diputados y, en consecuencia el "No es No" quedó obsoleto y es más productivo flexibilizar el discurso y actitudes, hacerse lo más visible que pueda y adoptar un cierto eclecticismo posicional -a radical, le supera Pablo Iglesias, su verdadero peligro y amenaza de fagotización- que le permita, al menos, poner una tirita en la herida del Grupo Parlamentario, verdadera representación popular del Partido y tranquilizar a los "temblorosos" barones que han quedado al descubierto, a sabiendas de que sus discursos son producto de la inseguridad y que Susana nunca perdonará su derrota.

Así, ZPedro, demuestra, aunque sea esporádicamente, inteligencia y que el pragmatismo te ayude a resolver, lo reconozco, el difícil dilema que tienes ante ti. Sé consciente de la volatilidad del voto militante, que no tiene paralelismo con los intereses de los electores y antepón el interés general sobre el que puedan tener en casa. España y la democracia bien valen el esfuerzo.

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