Ajuste fino

Antonio Castro / Ancastro@huelvainformacion.es

El difícil cometido de Manuela

Ala vista de lo cual, todo apunta a que el problema de nuestra querida Manuela Parralo como portavoz de la oposición del Ayuntamiento de Huelva no es tanto que la sombra de Petronila Guerrero sea alargada, sino que le ha tocado defender al adversario de la gestión municipal, que coincide con sus compañeros de partido.

Manuela Parralo pidió en campaña un concurso para el diseño del Ensanche, y ahora cambia de tercio cuando le meten a Calatrava a dedo en la estación del AVE de Huelva; defiende la dignidad institucional, que tendría que pasar incluso por ponerle un coche oficial a la jefa de la oposición, pero se olvida de que esa dignidad pasa por darle al alcalde el lugar que le corresponde a la primera autoridad local, y transmitirle con antelación y respeto los actos que a Huelva afectan, cosa que no se hizo en la visita de la extinta políticamente ministra de Fomento.

Manuela Parralo, a la que ni siquiera sus peores adversarios internos -gente con la daga entre los dientes- la han podido deprimir ni obligar a tirar la toalla, que incluso llegó a llenar la sombra que le hacía Petronila al inicio de su mandato desde la presidencia de la Diputación por oposición a Pedro Rodríguez, puede desfallecer como futura candidata sólo por tocarle la ingrata función de tener que defender algunos errores de su partido en Huelva y frente a Huelva y los onubenses.

Y es una pena porque Manuela, que consiguió demostrar más entereza de la que muchos esperaban, no puede condenarse a renunciar a su futuro en política... Cuatro años en política son casi una eternidad.

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