La cuadratura del círculo

Tres nombres incardinados a la historia provincial que hoy dan grandeza a sus vidas y dejan eterno recuerdo

Tenía un compañero de estudios que conjugaba frases a su libre albedrío con tono chistoso. Inteligente, culto para su edad, ingenioso y agudo, empezaba citando el inicio de La Divina Comedia de Dante: "Nel mezzo del cammin di nostra vita/ mi retrovai…", hacía un quiebro dialéctico y seguía "una bambina very good" o "un gelato chocolate-crema". Como el personaje de Benito Pérez Galdós en sus impagables Episodios Nacionales, abundaba en latines y latinajos y zanjaba el "o tempora o mores" (¡Qué tiempos, qué costumbres!) como "tiempo de los moros". Era lo que nosotros llamábamos entonces "un cachondo mental". No sé si ahora merecería una definición más ocurrente. Con tanta guasa, a veces mordaz, acabábamos no tomándolo en serio. Puede parecer frívolo a simple vista pero a mí me recuerda muchas actitudes de hoy en un amplio espectro aunque haya que incidir singularmente en el ámbito político.

Porque, partiendo de la grotesca farsa del pasado domingo día 1 de octubre en Cataluña, cabe coincidir con la calificación que merecía a Antonio Banderas unos días antes: "Una película de Berlanga". Sin la gracia y genio del inolvidable realizador, fue un esperpento contradictorio y sainetesco, tragicómico y dramático, cuyas imágenes horrorizan, desconciertan, estremecen y abochornan: mesas electorales improvisadas, gente que votaba varias veces o introducía apresuradamente las papeletas en las incalificables urnas, varias al mismo tiempo, sin registro alguno y un incontable número de irregularidades que echaban por tierra cualquier parecido con una consulta democrática en una región perteneciente a un Estado de Derecho. Algo absolutamente lamentable para un ciudadano de un país regido por un orden constitucional, merecedor de una descalificación inmediata.

Esta burla a la Justicia es consecuencia de las apresuradas e irresponsables trasferencias de competencias, especialmente de educación, que han incubado el huevo de la serpiente del odio, la xenofobia, la insidia, los desprecios de clase, las presunciones infundadas, los fraudes históricos pero también los silencios cómplices de muchos, los intereses políticos y económicos, las vejaciones provocativas de un Pablo Iglesias, que se cree la reencarnación doctrinal de un activista bolchevique, la frívola equidistancia y engañosa ambigüedad electoralista de Pedro Sánchez, una información sesgada y parcial en muchos casos, que han atizado en la misma jornada del referéndum las brasas de la confrontación civil y la batalla de la propaganda en la que indudablemente es fácil derrotar al Gobierno del PP, arrinconado en su enfermiza debilidad. En este penoso ambiente de irreprimible agresividad de quienes deslegitiman los inalienables principios constitucionales, difícil resulta arbitrar un diálogo pacificador y de convivencia. Tanto como intentar la cuadratura del círculo.

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