El 'caganer'

Como dice Alfonso Guerra, "comenzasteis con una farsa y habéis caído en el esperpento"

Resulta popularmente conocido y reconocido el personaje del caganer en los montajes de los belenes navideños. Personaje, casi siempre escondido entre la maleza, que en las circunstancias actuales de Cataluña se adelanta, en mi opinión, a su época de protagonismo. Y es que Carlos, el Puigdemont que diría un catalán, ha demostrado no solo una pobre catadura moral sino una cobardía tan extrema que le coloca en la misma posición prosaica y de absoluto paralelismo con la acción del caganer.

Quien, como él, se nos quiere presentar como víctima, con su actitud "defecatoria" hace el ridículo y, para colmo, traiciona a los suyos. Alguna vez hemos reflexionado sobre la condición de héroe o mártir desde una premisa que es el valor, el compañerismo, la solidaridad… que convierte en víctima al personaje que antepuso su propio interés en aras de la protección de los afines. Tú, Carlos, sustentado en la mentira permanente, mientras tus compañeros de Gobierno declaraban en la Audiencia Nacional, estabas tomando café -¿con gofres?- tal vez pergeñando la próxima mentira a publicar, revelando definitivamente un presunto perfil psicopatológico que te aproxima al histrionismo, con una personalidad que interpreta los hechos y vivencias con las que no compatibiliza de manera acorde, exclusivamente con sus afanes, intereses, deseos y hasta ensoñaciones, diría yo. Esto es lo que te lleva a la traición, lo que demuestra tu falta de realismo y tu interés por la mentira… "soy presidente legítimo", "ofensiva ¿de alta agresividad? del Gobierno central", "la querella de la Fiscalía se sustenta en hechos políticos", saltarse la Ley, la Constitución, generar leyes ilegales… ¿no significan nada?, salvo ratificar tu intención de construir una realidad propia y exclusiva que al combatirla y castigarla se convierte en un abuso centralista y todo porque acaba con tus criterios de superioridad y pretendida supremacía.

Así, Carlos, te has retratado incluso para los tuyos. No se sostiene tu actitud, ni de antes ni de ahora. Como dice Alfonso Guerra, "comenzasteis con una farsa y habéis caído en el esperpento", y añadiría que además en la astracanada, lo que haría las delicias de Muñoz Seca o Jardiel Poncela. Yo, sin caer en la extrapolación con los literatos, me permito desde lo primario y popular, siendo benévolo, compararte con tu cercano y admirado, ahora emulado caganer, pero en su acepción no de representación festiva o simpática sino en la del apretón diarreico del cobarde.

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