La otra orilla

javier rodríguez

Más basura

No se confundan por el título, no voy a hablar de corrupción, de algún tema político o de algún auto judicial que carga las tintas sobre las víctimas. No me refiero con eso de "más basura" a ninguna metáfora. Voy a hablar de basura de la de verdad. No es que el detritus en el que ustedes están pensando no lo sea, es que voy a hablar de esa basura que echamos en el contenedor: los desperdicios de la comida, los plásticos que nos sobran, los aparatos que se nos estropean, los papeles que ya no sirven para nada...

En esta semana se han celebrado en la Universidad unas jornadas sobre el colapso civilizatorio al que nos enfrentamos debido al agotamiento de recursos naturales y una de las cosas de las que se hablaban era de la acumulación de residuos con los que no sabemos qué hacer y el gravísimo problema que estos están generando en tierra, mar y aire: pérdida de biodiversidad, contaminación del agua y empeoramiento en la calidad del aire.

Y mañana empieza la Semana Europea de Prevención de los Residuos. "¡Otra efeméride, otra fechecita!", me dirán, y tendrán razón, el calendario se nos ha llenado tanto de actos que ya resulta complicado seguir la pista a todos. Sin embargo las claves que da la campaña que plantea la Comisión Europea nos dan pistas interesantes de cómo hacer frente a ese colapso del que se nos hablaba en la Universidad. Allí se decía: "hay que buscar estrategias de resiliencia como se busca la puerta de salida de un edificio ante una emergencia" y empezar a plantearnos lo que está pasando con los residuos y tomar medidas ante ello nos hará más resilientes, más capaces de resistir ante lo que llegue. Y la Unión Europea está empeñada en que del problema que hoy generan los residuos hagamos una oportunidad: aprovechando los recursos que estamos desperdiciando y previniendo el derroche.

Pero para ello, además del esfuerzo que pueda hacer la Administración, es necesario que los ciudadanos cambiemos hábitos y nos planteemos volver a ciertas lógicas en nuestros hábitos de consumo: rechazar el sobreembalaje, agotar la vida útil de nuestros aparatos, no tirar aquello que todavía pueda ser útil y cuando tengamos que hacerlo: separar, facilitar el reciclaje para que nuestra basura no termine colapsando los vertederos. Muchos gestos cotidianos que sumados a la exigencia hacia las administraciones podrán hacer que no convirtamos nuestra Tierra en un gran basurero.

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