Diez años

En el hospital superamos una auditoría externa sobre trasplante de médula ósea

E style="text-transform:uppercase">SCRIBO ya en la recta final de estos días plenos de afectividad, buenos deseos y proyectos esperanzadores, cuando los Reyes Magos acaban de marcharse mientras cada niño y los mayores nos hemos despertado con la inquietante expectación de ver qué nos trajeron Sus Majestades y que no es más, supuestamente, que la valoración de nuestra evaluación del comportamiento que hayamos tenido en el año recién finiquitado.

Es por ello que en esta celebración mágica me instalo en la nostalgia emocionada de aquel día -hace ya bastantes años- en que se me otorgó el privilegio -nunca seré capaz de agradecerlo suficientemente- de presentarme ante Huelva imbuido de la magia del rey Melchor al tiempo que recibí el afecto, la admiración y las peticiones de todo un mar de gentes enardecidas e ilusionadas.

Experiencia única, indescriptible e irrepetible que me dejó huella indeleble y me produjo una especie de deuda de gratitud permanente con mi tierra.

Y miren por dónde, de ahí el título, unos años después en mi vida profesional con el excelente grupo que componía el Servicio de Hematología del hospital, hicimos una pequeña aportación en relación a esa infinita deuda personal.

Caigo pues de nuevo en la evocación de la nostalgia positiva porque pasado mañana, lunes día 9 de enero, harán diez años desde que nos sometimos, encabezados por mí, a la auditoría externa, por auditores de Madrid y Valencia, para acreditarnos en el Trasplante autólogo de progenitores hematopoyéticos y de médula ósea que, obviamente, superamos.

Desde entonces toda una trayectoria en mejora continua de la expectativa de los pacientes y de abnegación de todo un grupo de profesionales sanitarios que están, además, sufriendo de forma directísima el deterioro estructural y laboral que se está denunciando públicamente durante estos días.

Sin embargo, sí lo es mi agradecimiento y mi homenaje a todos aquellos con los que viví aquellos momentos, mis respetos por todo lo que me enseñaron -no es mejor jefe quien más manda sino quien es capaz de rodearse de los mejores- y gracias a los cuales pude y pudimos ofrecerle a Huelva y a nuestros pacientes una importante y novedosa prestación sanitaria.

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