NO llora. O sea, no levanta la voz ni se altera ante el continuo devenir de jugadores por la enfermería. Es de los que tienen claro que jugar, se jugará con once, y si falta alguien, ya habrá quien lo sustituya.

Manolo Zambrano, a día de hoy, da la impresión que tendrá problemas para confeccionar el once en Santander. Incluso para formar la convocatoria. Pero no se inmuta.

El Recreativo va a jugar con once, eso es lo único seguro que se desprende de la conversación con Zambrano que, eso sí, tratará de recuperar el máximo número de efectivos para un compromiso en el que el Recre tiene mucho más que ganar, que perder -que también lo tiene, de todos modos-.

Zambrano está tranquilo. Cuenta con un número limitado de jugadores por culpa de lesiones y de sanciones, pero no por eso saca los pies del plato. Todo lo contrario. Hace una semana ya dejó claro que "los jugadores importantes son los que están disponibles para un partido, los que no lo están no lo son tanto". Y punto pelota.

Así las cosas, el técnico transmite tranquilidad. A rey muerto, rey puesto. Jugador que no puede jugar, otro compañero le sustituye. Todo ello dentro de la más absoluta serenidad, sin aspavientos, sin alarmas que no conducen a nada, y dando la confianza necesaria a aquellos que tengan que salir al terreno de juego, aunque a lo largo de la temporada el número de minutos que haya podido jugar no colme sus deseos.

Así entiende el fútbol Zambrano, que al mal tiempo pone buena cara. El equipo lo tiene que agradecer, porque aquel que sale al campo se siente valorado en su justa medida, lo que a la fuerza tiene que redundar en beneficio del colectivo. No se olvide que en el colectivo radica la base del éxito.