La firma

Antonio Fernández Jurado

¿Volveremos a Carpanta?

RECUERDO, de los tiempos de mi infancia, un personaje de los tebeos cuya máxima ilusión, ante la precariedad de sus medios, era comerse un pollo, quizás todo un lujo para la España de aquellos tiempos que nunca más habría de volver bajo ningún concepto.

Sin embargo, actualmente, nos vamos enterando de la existencia de "productos de sustitución", ante la carestía de los precios, mas en estos días de tradiciones gastronomías que comienzan a ser prohibitivas para muchísimas familias. Afortunadamente, a día de hoy, el pollo ansiado por aquel personaje, Carpanta se llamaba, venia siendo un indicador de bienestar y consumo, con valoración estadística en el TPC, lo que daba una idea de normalidad y, a pesar de ello, nos encontramos de pronto con la afirmación gubernamental, en forma de consejo, indudablemente, de que comamos conejo, con lo cual cambiamos la idílica "carpantada", del pollo al horno -ante la necesidad- por el conejo en cualquiera de sus múltiples recetas. Todo un hallazgo del político de turno que nos sumerge en las mas oscuras paginas de la historia económica de este país y que entronca con un habito de toma de decisiones calificables como anecdóticas, por no decir que ineficientes y evidenciadotas de falta de criterio político.

Y es que no hace mucho tiempo, se nos apelaba, poco menos, que "volver a las palanganas" -así titulábamos esta misma columna- respecto al consumo de agua. Se nos dice que los precios suben porque estaban bajos -apoteósico el argumento- se podría aplicar, por tanto, el mismo criterio a los sueldos ¿no?

Nos acusan de no tener asimilados los valores del euro y ello conlleva la ¿exageración? en las propinas.

Se nos inunda de publicidad macroeconómica como señuelo de bienestar mientras se nos aconseja consumir conejo, contradictorio ¿verdad?, al tiempo que como en tantas otras facetas: alcohol, hamburguesas, tabaco, tráfico, propinas,... se nos demoniza a los ciudadanos considerándonos -globalmente- presuntos piratas y se instala una imposición recaudatoria, vía canon digital, con todo un "tufillo" de ser la forma de pago por favores o contraprestaciones recibidas de determinados colectivos.

En fin, todo un galimatías de cuestiones para no aceptar la realidad que los números, tozudamente, imponen así como la falta de previsión en la política económica -condicionada por esa oficina de Presidencia que ha traído a maltraer a Solbes hasta hace bien poco- y que han puesto en evidencia que algo de razón llevaban los acusados de catastrofismo cuando llamaban la atención.

En definitiva, sin enjuiciar mas las subidas del IPC: leche, pan, huevos, carnes -incluida la de conejo- arroz,... que el CIS haga una encuesta para saber cuantos menús de conejo se han consumido. Cuanta pena me da la vuelta a mi memoria de Carpanta. ¡Felicidades para todos!

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios