Doña Cristina Narbona, presidenta del Partido Socialista, dio una entrevista el pasado fin de semana en un medio de difusión nacional. Si hubiese sido de otro político creo que ni la hubiese leído, pero con ella no puedo decir aquello de que nunca hemos comido juntos. La conocí en mis años mozos y de entonces le guardo un afecto inextinguido. Ella va por su camino y yo por el mío, cantando mi canción a quien conmigo va. Ella es política de altos vuelos nacionales y yo médico jubilado y gacetillero en provincias. Escribo hoy porque de lo leído me escuecen dos cosas. Primero su aparente taurofobia, tampoco le gustan las corridas de toros. Pues nada, discrepamos, a mí me encantan. Sólo una sugerencia, Cristina, si pretendes uncirte a un carro antitaurino que piensas va a triunfar te equivocas. Quien crea que los toros pueden acabar en España sencillamente es que no conoce España. Otro día me explayo más porque no quiero que se me acabe la columna sin mencionar lo más destacado que he advertido en la entrevista.

El meollo es este y ahí va: "El PSOE proclama la igualdad de todos los ciudadanos vivan donde vivan, como le repitió Pedro Sánchez a Susana Díaz. El nuestro es el partido de la igualdad". La verdad es que queda redondo, pero eso hay que decírselo fundamentalmente a los andaluces. Hay que contárselo a los profesores andaluces, a los médicos andaluces y a tantos profesionales de la Administración pública que cobran salarios muy por debajo de lo que lo hacen sus colegas de Navarra, País Vasco o Cataluña, por ejemplo, por el mismo trabajo y con la misma titulación. Hay que explicárselo a los andaluces en general que soportamos algunos de los mayores niveles impositivos de cualquier comunidad autónoma. Y todo esto en días en los que vemos publicado con estupor el gasto de nuestros políticos en desplazamientos y dietas. En Andalucía es aún mayor que el año anterior, la presidenta lo ha doblado. A nivel nacional, nuestros diputados se han ventilado más de dos millones de euros en viajes en tres meses. El rayo que no cesa. Y como traigo una especial cruzada periodística contra la salvajada fiscal del Impuesto de Sucesiones y Transmisiones aprovecho, Cristina, para manifestarte mis dudas sobre si se puede decir esto de igualdad "vivan donde vivan" cuando en Andalucía se paga seis mil por lo que en Canarias pagan 6 y en Madrid 60. En Suecia acaban de celebrar el décimo aniversario de la supresión de este canibalismo fiscal. País referente en tantas cosas para la socialdemocracia, ¿por qué no lo imitamos y acabamos con la tortura de tantos andaluces?

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