Aestuaria

Manuel Muriel

Tharsis y la economía mundial

A empieza el decimotercer capítulo de The Mines of Tharsis. Roman, French and British Enterprise in Spain, de S.G. Checkland (1967), profesor de Historia Económica de la Universidad de Glasgow. Algo sorprendente, hoy en día, para quien no conozca la historia de la deprimida comarca.

El libro (que no ha sido traducido al español) lo he encontrado en la biblioteca de la Universidad de Sussex (Inglaterra) y es una magnífica obra de historia empresarial escrita con independencia de criterio.

Los orígenes británicos de Tharsis se remontan a 1866, cuando se constituyó la Tharsis Sulphur & Copper Co. Ltd., con domicilio social en Edimburgo y oficinas centrales en Glasgow. El objeto social era la explotación de Tharsis, negocio adquirido en diciembre de aquel año. Hasta entonces las minas, redescubiertas por el ingeniero francés E. Deligny en 1840, eran explotadas por la Compagnie des Mines de Cuivre de Huelva. La sociedad francesa atravesaba por una serie de dificultades que, entre otras cosas, le impedían llevar a cabo la construcción del ferrocarril hasta el río Odiel, condición indispensable para la explotación a gran escala.

A diferencia de la adquisición de Rio Tinto en 1873, la de Tharsis se llevó a cabo de forma escalonada, incluyendo el arrendamiento de las instalaciones y el pago de derechos reales. Con ello, el sindicato de industriales británicos, agrupados en la United Alkali Co. Ltd., evitaba mayores riesgos. Además del azufre, la operación pretendía estabilizar también el suministro de cobre -extraordinariamente volátil en los mercados internacionales- a la vez que buscaba el hierro (el 70% del peso de las piritas) para la siderurgia escocesa. La operación, liderada por C. Tennant, presidente de la United Alkali, llegaría a ser uno de los negocios más fabulosos del capitalismo industrial. En la minería del cobre llegaría a ser la empresa más rentable del mundo hasta 1908, según recoge The Copper Handbook de ese año, con un valor medio sobre recursos propios del 20%, lo que supone que el capital invertido de 1.250.000 euros lo recuperaban en cinco años. Con ello, se comprende fácilmente el papel jugado por Tharsis en la acumulación de capital industrial en Gran Bretaña.

Como hace 140 años, el diferencial de desarrollo entre Andalucía y aquella es enorme. Valga a estos efectos la industria cultural de los ferrocarriles turísticos: 108 líneas en explotación, con 302 estaciones y más de 640 km en servicio; una parte fundamental del turismo británico. En la Huelva de la Segunda Modernización, sin embargo, nos encontramos con políticas de turismo basadas en algo tan ancestral como el astro rey que, eso sí, cae del cielo.

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