Ajuste fino

Antonio Castro

Submarino entre la bruma (y 2)

EN la nueva relación entre Francisco Urbano, presidente de Upeco, y el Ayuntamiento de Huelva, tampoco hay que descartar un intento por parte del alcalde, Pedro Rodríguez, de "liberar" al propio Urbano de su excesiva dependencia del PSOE por su peculiar relación con Mario Jiménez, dándole así al constructor la posibilidad de no caer en la asfixia (política, se entiende). El alcalde juega la baza de ganarse a posibles aliados socieconómicos del PSOE, y a Francisco Urbano se le considera uno de los más significativos en el sector de la construcción, aunque también es cierto que este constructor ya parece sufrir las consecuencias de la pérdida de poder de algunos de sus amigos socialistas, lo que le ha empujado a buscar a otros más mediterráneos para descubrir el Atlántico.

Este tipo de relaciones y los cambios que suponen en el mapa convencional no tienen que extrañar demasiado. Antonio Ponce, por ejemplo, suele compartir romerías con Javier Barrero, que también ha disfrutado de alguna que otra travesía en el yate del presidente de la FOE.

Como se observa, resulta difícil saber a veces dónde pesca cada cual, y no es extraño por tanto que Pedro Rodríguez eche la red en la mar del PSOE mientras ve pasar el barco de Ponce con Barrero como acompañante por el brumoso horizonte.

Y, por otra parte, en la sucesión de alianzas que se suelen hacer en esta Huelva tan compleja, no sería extraño que con la entrada de la Empresa Municipal de la Vivienda en Upeco alguien meta un submarino en la patronal de la construcción para, llegado el momento, darle a Ponce la posibilidad de asestarle un golpe al enemigo.

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