Editorial

Silencio de Rajoy, malestar en el PP

LE salió bien a Mariano Rajoy la estrategia postelectoral. Descolocó a sus enemigos internos y sumó fuerzas para reafirmarse como líder del PP a pesar de sus dos derrotas consecutivas ante Zapatero. Ahora la está prolongando durante todo el tiempo previo a la constitución de las Cortes. Quizás excesivamente. Mientras que el PSOE ha ido tomando decisiones importantes, como la elección del portavoz parlamentario y del resto de los dirigentes del mismo (ya se conocía la promoción del ex ministro José Bono a la presidencia del Congreso de los Diputados), y también se conoce el núcleo básico del nuevo Gobierno que formará el reelegido Zapatero, en el PP hay una situación de calma chicha que empieza a despertar la preocupación de algunos sectores populares. Ayer Rajoy confesó que ya tiene decididos quiénes serán los portavoces del PP en el Congreso y el Senado, pero que no los hará públicos hasta el lunes, cuando la Junta Directiva Nacional se reúna para ratificar sus nombramientos. El caso es que el presidente popular lleva una semana en silencio. Las negociaciones para la formación de la Mesa del Congreso ha tenido que desarrollarlas Eduardo Zaplana, del que ya se sabe que en esta legislatura será sólo un diputado de base. Tampoco se sabe nada de la renovación del equipo dirigente a la que Rajoy se ha comprometido al anunciar su candidatura a continuar al frente del partido y volver a ser el candidato en 2012. En fin, da la impresión de que el Partido Popular, que perdió las elecciones generales del 9-M, tendría que mostrarse más activo y plantear más iniciativas a fin de recomponer sus filas tras la derrota y dar respuesta a las expectativas depositadas en esta formación por diez millones de ciudadanos. Hasta ahora sólo se sabe que Mariano Rajoy piensa hablar mucho de economía, que es lo que, dice, preocupa de verdad a los españoles. De acuerdo, pero no puede pasar del próximo lunes la constatación por la ciudadanía de que frente al Gobierno hay un proyecto alternativo y de que Rajoy es un líder activo y no aislado de la realidad.

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