La firma

Antonio / Fernández Jurado

¿Sesión de control?

ES posible la acción de control de un Gobierno, si además de estar en minoría, no se cumple con la obligación de asistir al Congreso de los Diputados? Ciertamente, no. Pues bien, esto ha sucedido, lamentablemente, lo malo es que con muchas probabilidades volverá a suceder.

Tras el inicio de cada Legislatura ó cambio del Presidente del Congreso, se repite el discurso de reformar el Reglamento para acercar la Institución al pueblo y, curiosamente, el efecto real y todo lo contrario y con hechos como el sucedido, el alejamiento -respecto a los ciudadanos- se va acentuando.

Parece ser que el tener sesiones a las nueve de la mañana, cuando la mayoría de los ciudadanos que tienen la suerte de contar, todavía, con su puesto de trabajo están en el mismo, incomoda mucho a sus señorías, hasta el punto de que un tercio de ellos, no llegan a ocupar su escaño terrible e incomoda ocupación la suya si a ello, añadimos que la sesión es de control y están ausentes el presidente del Gobierno, el líder de la Oposición y hasta el primer diputado en tomar la palabra, ¿a que pantomima estamos asistiendo? ¿Qué criterio de responsabilidad es ese? ¿Qué ejemplo como servidores públicos nos están dando? Sinceramente, reprobable y mas, en estos tiempos de crisis, de destrucción de empleo, de necesidad ciudadana en la generación de confianza, de obligación de demostrar capacidad en la resolución de los problemas y no de ausencias irresponsables, de ostentación de lujos y comodidades -no necesito citar ejemplos recientes- de vanidades y actitudes megalómanas…frente a una ciudadanía inquieta y en muchos casos angustiada que ve escandalizada las prerrogativas, el criterio de casta, la falta de atención a sus demandas, mientras ellos siempre encuentran excusas para sus desmanes.

Se justifica, a veces, que la remuneración es baja respecto a otros países, pero no lo es el entramado funcional, de influencias y de servicios en su entorno y es seguro, salvando las limitaciones de toda generalización, que no deben estar peor pagados que lo que estarían en su ámbito laboral habitual, la cuestión no es lo que ganan sino lo que ganarían fuera de la política y que dedicación se les exigiría, si no por que se aferran al cargo y si al menos cumplieran, ganarían en credibilidad.

Por ello, si las nueve de la mañana es hora extemporánea para cumplir con su obligación, tal vez, otros renuncien a seguir dándoles crédito en el futuro y no acepten la presencia de algunos en las 'malditas' listas cerradas.

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