NO es difícil entender la situación que sufre el Recreativo, que para confeccionar su plantilla ha de estudiar todas las posibilidades hasta dar con la que mejor se adapte a sus exigencias deportivas pero, sobre todo, a su 'bolsillo', no muy espléndido. Esa, sencillamente, podría ser la realidad de cualquier español de clase media, que para comprarse un coche o una casa, por ejemplo, debe tantear diferentes ofertas, en la mayoría de los casos, hasta dar con la que más se ajuste a sus recursos económicos. Hay más de uno que quisiera conducir un BMW o vivir en un chalet en la playa pero del deseo a la consecución del mismo va un trecho.

A diario, los medios de comunicación nos atiborran con fichajes multimillonarios llevados a cabo por los 'adinerados' de la Liga española. Eso es muy fácil cuando las arcas están repletas. Cuando no es así, el caso del Decano, hay que realizar un trabajo extra de constancia, negociación y mucha, mucha paciencia. Cuantos disfrutan de sus primeros años de carné al volante de un coche de segunda mano hasta poder ahorrar lo suficiente y estrenar uno nuevo. Y los que se decantan por el alquiler de una vivienda hasta reunir la entrada suficiente para abrir la hipoteca de una casa en propiedad... La situación del Recre es como la vida misma, por eso, hay que ser pacientes para que el club encuentre la oportunidad con la que reforzarse de la forma más rentable.