NO está siendo una temporada afortunada para el Recre en cuanto a la fortuna se refiere. Valga la redundancia. El Recre afronta el partido ante el Getafe de mañana con la necesidad de sumar los tres puntos para ir llenando el zurrón, en espera de lo que vendrá a continuación, y además acuciado por las urgencias a las que se ve abocado después de muy malos resultados en casa.

Sumar dos puntos de doce posibles al amparo de tus aficionados es una renta exigua y que, de persistir en esa línea, lleva a donde lleva, y no me da la gana siquiera mentarlo.

Tampoco es que fuera de casa el Recre haya mostrado demasiado, por eso su actual posición en la tabla puede ser el retrato más fiel a una campaña aciaga, por el momento.

Sin embargo hago hincapié en un detalle, al hilo de lo que dije al principio de que no estaba siendo una temporada demasiado afortunada para el Decano. Admitiendo que muchas cosas mal ha tenido que hacer para estar en la situación actual, yo al menos reconozco que el Recre ha sido castigado con demasiada severidad por la diosa Fortuna.

Ante el Espanyol, el Athletic, el Almería o el Valladolid, el Recre pagó en forma de pérdida de puntos un único error grave cometido. Dicho de otra manera, en esos partidos, al menos esa es mi opinión, el Recre no desentonó con respecto al rival, no hizo menos que él -en algún caso incluso más-, expuso sobre el campo lo suficiente como para empatar o ganar, pero sin embargo, un simple error puntual le supuso la derrota o el empate, con la consecuente merma de puntos que eso conlleva. Y así, tacita a tacita...