Hoy 23 de febrero. ¿Le suena a usted eso del 23 F? Fue una larga noche la de aquel día, llena de incógnitas y de dudas. Por fin todo terminó bien, aunque las incógnitas y las dudas de muchos puntos de aquella madrugada siguen oscuros. Y seguirán.

Por ello, para no perder el tiempo, me voy a otro tema que como franciscano siempre tiene un eco de paz y de bien.

Hace unos días he acompañado a más de un centenar de miembros del Colegio Oficial de Odontólogos de Huelva a visitar el Monasterio de la Rábida y mostrarles su historia religiosa y colombina. Una visita agradable donde compartimos nuestros entusiasmos marineros onubenses en relación con este 525 aniversario del Descubrimiento de América que celebramos en este año.

Pero la presencia de este grupo de profesionales tuvo un motivo muy especial. En acto solemne en la iglesia conventual se hizo entrega al prior del Monasterio fray Francisco García de un cuadro simbólico donde se recordaba a fray Tomás de Narváez.

Preguntarán ustedes que quién era este fraile. Pues un religioso franciscano que allá por el siglo XV se encontraba en nuestro histórico convento palermo y animado de catequizar las nuevas tierras descubiertas en el Nuevo Mundo, marchó a ellas a impartir el Evangelio. Pero hay más.

Fray Tomás de Narváez tenía el oficio de barbero o sacamuelas, como se decía en la época, y con este arte bien aprendido y practicado comenzó en las lejanas tierras su labor de dentista.

Y así fue que, según algunos escritos, ha sido considerado como el primer apóstol que en su sencillez franciscana podíamos calificar uno de los primeros profesionales que ejerció su oficio en el Nuevo Mundo.

El prior del convento dio las gracias por el recuerdo y el gesto que se tenía para La Rábida y la Real Sociedad Colombina ya tiene un cuadro al óleo de fray Tomás, para su Museo Colombino en vías de restauración.

Es agradable ver cómo a través del tiempo, nombres y figuras de nuestro secular Monasterio franciscano se van conociendo y dando siempre más relevancia a ese lugar que tan justamente y cariñosamente denominamos el Portal de Belén de América.

Para los onubenses, La Rábida siempre será noticia que merece nuestro apoyo y nuestra ayuda. Es el hito histórico número uno de la provincia y nuestra labor tiene que ser conservarla, engrandecerla y estar orgullosos de ella.

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