Profecía

Y es que somos muy mal pensados. No lo duden: Rajoy es un profeta y la infanta es Blancanieves

Llevamos unos cuantos años con el señor Rajoy al frente del Gobierno de España. En ese tiempo hemos tenido la ocasión de conocer bien sus virtudes, sus defectos y hasta sus miserias. Pero hay algo nuevo que no sabíamos. Y es el don de profecía que tiene el presidente. Es todo un profeta. Esto es muy serio porque el calificativo de profeta pertenece a un grupito exiguo de personas y personajes a través de los siglos. Adivinar lo que va a pasar en unos años sólo está reservado a mentes prodigiosas que en la mayoría de los casos tienen hilo directo con el Cielo. De ahora en adelante habrá que hablar de Isaías, Daniel, Elías... y Mariano Rajoy. Hace cuatro años dijo: "A la Infanta le va a ir muy bien". No tuvo dudas. No se anduvo por el ramaje, no dijo me parece o creo que o le deseo; no, afirmó contundente y sin lugar a la duda que a la Infanta le iría muy bien en su paseo por los tribunales de justicia. Y ha sido tal cual. ¡Bingo para el presidente! Es ciertamente maravilloso. Yo, de ahora en adelante, le voy a preguntar por Twitter que me diga el número que va a salir en el gordo de Navidad. Este hombre es portentoso en sus facultades adivinatorias.

Pues cierto es, presidente, a la Infanta le ha ido muy bien. Ora cosa es cómo le ha ido a la Monarquía, a España y a la convivencia entre los españoles. Aquí me parece que disentimos porque yo creo que les ha ido muy mal. Ignoro la capacidad de tragar sapos y culebras del pueblo español. Hasta ahora ha demostrado que es grande, quizás sea hasta infinita. Después de tragarnos el 11-M con su cohorte de mentiras, ocultaciones y destrucciones de pruebas, es normal que la clase política piense que a este pueblo le cabe un AVE por la garganta. Si los culpables de casi doscientos asesinatos y casi mil heridos fueron un discapacitado mental y un árabe que traficaba con móviles en Lavapiés, entonces es que esto está maduro para cualquier sentencia por pintoresca y peregrina que parezca. La cosa tiene hasta gracia. Ella no sabe lo que hace él, pero firma todo lo que le pone por delante y encima se gasta con alegría y desenfreno el dinero ilícito que gana su marido. Esto es muy normal. Si yo gano 1.000 euros y le regalo a mi mujer un cochazo de 20 millones de pelas, ella no pregunta nada. Coge el coche y se va de paseo. Esto es lo habitual en todas las parejas. Te presentas un día en casa con un reloj de oro de 6.000 euros y nadie te pregunta nada. Es lo normal. Y es que somos muy mal pensados. No lo duden: Rajoy es un profeta y la Infanta es Blancanieves. Y colorín colorado.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios