Políticamente incorrecto

Francisco Revuelta

Panorama andalucista

TENÍA la convicción de que, con mucha probabilidad, el andalucismo iba a desaparecer del Parlamento andaluz. No era cuestión de ser adivino sino de seguir la evolución de los acontecimientos desde el último Congreso del PA, en el que la actual dirección del partido se hizo con las riendas de la organización por tan solo una docena y media de votos más que la alternativa. A pesar de esa pírrica diferencia, no se potenció la integración sino todo lo contrario. El secretario general, Julián Álvarez, en una emisora habló de la purga que estaban realizando. Similarmente se expresó un dirigente de Huelva en este periódico declarando que se había hecho una limpia en el partido. Con esta filosofía, no fue nada extraño que en las municipales se produjera el descenso tan importante de votos, salvo muy contadas excepciones. Si a esto le unimos otras decisiones, como las habidas cuando la reforma del Estatuto de autonomía, ¿sorprende lo ocurrido en estas elecciones? No era difícil vaticinarlo.

Ante un panorama tan desolador, en el que hay muchos menos concejales, un solo grupo en una Diputación andaluza, ningún parlamentario, menor militancia por la 'purga-limpia', supresión de 740.000 euros anuales de ingreso del Parlamento, imposibilidad de proponer a miembros en instituciones u órganos importantes y otras más diversas cuestiones, Julián Álvarez actúa como si nada tuviera que ver con él, atribuyendo la penosa situación sólo a causas externas. Es verdad que se está potenciando el bipartidismo y de que hay que cambiar la ley electoral, pero no es menos cierto que es totalmente responsable de la debacle acontecida. Sin embargo, se permite anunciar un congreso extraordinario, no para presentar su dimisión con carácter irrevocable sino para que la militancia le deje las manos libres para hacer y deshacer de cara a la unidad andalucista. Como alguien afirmó en cierta ocasión, Julián es un cautivo de sus limitaciones externas e internas.

Andalucía necesita del andalucismo político. Hasta líderes, militantes y simpatizantes de otros partidos se manifiestan en este sentido y, en ocasiones, tratan de apropiárselo. Él es el que insiste en que se piense en andaluz, en que se analicen y contemplen los problemas específicos de esta tierra, el que advierte y se opone a la construcción de una España desigual y asimétrica, el que defiende la identidad andaluza para que este país no sea asimilado, conserve su personalidad y aporte lo mejor de sí a la Humanidad y el que reclama un poder andaluz real que eficientemente resuelva los problemas y genere ilusión de cara al futuro. Todo esto es muy importante y la evidencia demuestra que no puede estar en manos de Julián Álvarez.

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