Los afanes

Javier Sánchez Menéndez

Panamá Crack

Andan revueltos y felices en la Agencia Tributaria. Un consorcio de periodistas, que lleva meses investigando, le hace entrega de una lista interminable de defraudadores que han constituido empresas en Panamá y abierto cuentas en paraísos fiscales. Dice Manuel Aparissio que un ciudadano de a pie tiene su cuenta en el Monte de Piedad, en el banco de siempre, aunque ahora le hayan cambiado los nombres. Para qué vamos a irnos tan lejos a montar una empresa si no es para defraudar, para ocultar, para estafar, para dejar de pagar los impuestos que como español nos corresponden. No hay que ser muy sensato para contratar los servicios del bufete de abogados Mossack-Fonseca, hay que ser un estafador -perdón-, un presunto estafador. Se lo han puesto a huevo a la Agencia Tributaria. Ya tendremos más noticias.

De momento, sólo nos conformamos con los nombres; no sólo hay delincuentes en España, andan repartidos por medio mundo. A los Messi, Putin, Xi Jinping, Petro Poroshenko, Sigmundur David Gunnlaugsson, Almodóvar, Jackie Chan o el mismo Macri uniremos decenas de famosos más . ¿Por qué se van tan lejos si en España hay bares y bancos por doquier?. ¿Por qué huyen a Panamá para constituir la empresa y depositar sus fondos en los mal llamados paraísos fiscales?

No hay quien entienda nada. Este mundo está cambiando a pasos agigantados y nosotros lo estamos comprobando en nuestras propias carnes. Hay que ser muy sinvergüenza. Unas filtraciones pueden destruir la vida de cualquiera. Decía el poeta Nicanor Parra: "Creo en un + allá/ donde se cumplen todos los ideales/ Amistad/ Igualdad/ Fraternidad/ excepción hecha de la Libertad/ ésa no se consigue en ninguna parte/ somos esclavos x naturaleza".

Y hablando de bancos. El Santander ha anunciado hace unos días que cerrará el 13% de sus oficinas en España. Unas 450 sucursales. Lo que conlleva el despido de unas 2.000 personas. Ellos las abren y ellos las cierran. Dicen que para reducir costes. Y me pregunto: ¿dónde va un prejubilado de la banca con 50 años?

Antes, casi todos los jóvenes estudiantes deseaban trabajar en la banca. Ahora desean ser peloteros, artistas o tronistas de programas de televisión. ¡Lo que han cambiado las cosas! Pero sigo pensando que con 50 años o con 55 años uno está en la flor de la vida. En los años álgidos, en su mejor momento. No en la edad de jubilación forzosa.

Si tenía razón Nicanor Parra cuando escribió: "Los civiles son gente uniformada/ también".

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