La firma

Antonio / Fernández Jurado

¡Pactaron!

APOTEÓSICO!, el pasado lunes por la noche, pudimos comprobar como PSOE y PP eran capaces de pactar. Sí, como están leyendo, pactaron -nada más y nada menos- que los 21ºC de temperatura permanente en el plató donde celebrarían el debate. Fundamental pacto pero que creo se quedó corto porque deberían haber llegado a algún acuerdo más, tal vez, sobre la chaqueta del moderador que como por aquí decimos, "daba el cante".

No fue intrascendente, sin embargo, el pacto porque así esa "niña idílica" -¿creación de Pedro Arriola?- no sufriría de rigores meteorológicos adversos, cual Heidi bajada de las montañas al calor húmedo del nivel del mar, ni el maquillaje exacerbador de la circunfleja ceja del Presidente hubiera quedado en evidencia por la sudoración, durante el, también, cumbre momento final plagiado del periodista frente a la persecución del "macartismo", americanos, los dos, ¿curioso?

Pero casi todo tiene su explicación y la mía está, entre otras cosas, en esa dictadura telegénica que imponen los managers o asesores que, cual dictatoriales aparatos de partidos, modifican comportamientos y generan imágenes irreales de la verdadera personalidad de los teóricos líderes, hasta el punto que con más frecuencia de la deseable y, además, se está extendiendo al ámbito de la vida cotidiana, suelen vencer aquellos que son capaces de plantear mejor sus propias mentiras. Esto, nos lleva a una rotunda dependencia de esos "expertos" cuyos objetivos no siempre están presididos por criterios morales sino por el hecho incontestable de la victoria, en este caso, electoral. Estamos, pues, en un feudo dominado por los "asesores", personajes que según comentaba hace días un ilustre columnista, "son los únicos a quienes se les paga por equivocarse y, además, equivocar a los demás", llevando a los ciudadanos al terreno de los objetivos frente al de los valores, de las formas frente a los contenidos sin entrar en el análisis de los coherente frente a lo incoherente con lo que socialmente, se diluye el concepto de responsabilidad que siempre recae sobre el otro, el de enfrente, el que estuvo antes... Así, pues, satisfecho por la capacidad de pacto de nuestros dos grandes partidos, con su tentación de "Zinell telegénico", aislando del mismo al vestuario del moderador en un gesto, ciertamente, "antidemocrático", claramente, sugerido por los asesores para que no oscureciera a sus clientes.

No me olvido, contentaron a los afines, pero a los indecisos, quizás, los empujaron un poquito más hacia la abstención. Si fue así, ya sabemos quien ganó el primer round.

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