El embrujo poético de una lírica soñada, me ha envuelto en su manto moguereño al despertar la primavera.

La noche ponía un marco de misterio que la Historia había ofrecido en su mensaje anual de mar y de carabelas hacia descubrimientos. Cuando el día comenzaba a nacer la primavera ya era un latir de corazón enamorado en la torre universal de la lírica.

¡Es tan temprano...! No despiertes aún Platero. Siempre sueño contigo cuando saltas, sin saber cómo, por las calles de tu pueblo con sabor a sal y aromas de bodegas.

Pasan los años y tu claridad poética moguereña universal, sigue despierta como el rayo de sol que ya calienta por la plaza de las Monjas clarisas que en sus letanías de devoción conciertan los rezos en sones celestiales.

Hoy, ya estamos en primavera, Moguer. Todo es propicio para hablarte, sin temores de que nos oigan los chiquillos traviesos de la calle Larga... Sin temor a que tu pelo blanco de nieve, de algodón, querido Platero, se oscurezca bajo el saco que se va derramando sobre las piedras del camino, mientras los gritos infantiles te hacen trotar más deprisa...

Todo es un anhelo lírico. Mira, la calle Nueva está vacía, la plaza de la iglesia en su grandiosidad se ve desierta en soledad... Pero los naranjos ponen color de poesía para enviar sus mensaje de lírica a los que junto al muro blanco de Santa Clara, aguardan tus aromas de primavera, de versos henchidos en alegrías de rimas.

Ya todos es distinto Platero. Ya no hay clarisas con doncellas que la sirvan. Ya tu pueblo es otro, pero sigue siendo un sueño porque se quedó con el tiempo dentro.

En Fuentepiña, el llanto de un poeta te abrió el corazón al mundo de los sueños eternos. Allí junto al árbol tu espíritu vive en versos, para que todos tus seres queridos no se murieran en el tiempo.

¿Por qué te fuiste tan pronto si tu cubo lleno de estrellas mantenía el agua fresca de la vida...?

¿Por qué se cortó tu vida en flor, cuando la flor de tu vida comenzaba a nacer y tus pisadas a florecer...?

Hoy vives de nuevo el amanecer de la primavera en Moguer. El rumor de un torrente se hizo arroyo de claridad para iluminar más a tu pueblo y a tu recuerdo.

Cada año, cuando estalla la primavera, Moguer es una cita que no olvido en mis pensamientos y escritos. Una promesa que cumplo cada nueva entrada de la estación de las flores...

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios