Ansia viva

Óscar Lezameta

olezameta@huelvainformacion.es

Moción de censura global

Promuevo la abstención pasiva; el día que vote el 10% del censo electoral comenzarán a cambiar las cosas

Lo tenemos a punto. Ahora los tenemos donde queríamos; unos tocados, otros sonados y el resto a verlas venir. Ha llegado nuestro momento y tenemos que aprovechar la oportunidad para echarlos a todos, que no quede ni uno. Mientras uno que cada vez da más tirria, asegura que con él no va nada de eso, que aunque fue condenado que nadie piense que lo ha sido y pregunta entre guiños nerviosos que quién reparte carnés de credibilidad y olvida que quien se lo ha quitado ha sido un juez, o incluso dos, de la Audiencia Nacional que le han soltao aquello de no te cree ni Perry Maison; el otro que lo echaron y luego que no, que vuelvas, piensa que esta es la mía y os vais a enterar de lo majo que puedo llegar a ser; mientras un naranja que unas veces es más amarillo y otras más rojo, vacila entre el butano y el Euskaltel, el resto de los seres humanos vemos una película que no nos gustó la primera vez que la echaron.

Debemos recuperarnos del pasmo incierto en el que vivimos y dejarles claro que porqué no se ponen todos de acuerdo y se largan por donde han llegado. También pueden aprovechar los soterrados vikingos y mandar a Madeira a ese muchacho tan guapo, tan rico y tan bueno que les amenaza -otra vez- con que si no le quieren como él se merece que adiós muy buenas y decirle que cierre la puerta por fuera, como nos decía una profesora en clase cada vez que nos mandaba al pasillo.

Cuando uno entra en casa y cierra la puerta, encuentra aquello que buscaba desde que comenzó el día, la paz, la calma que parece gritarte en la oreja que nada malo puede pasarte conforme echas la llave. Si comete el error de encender la tele cuando informan de algo, la pesadumbre lo asalta de nuevo y lo único que le entran ganas es de que se queden fuera. No votaré a ninguno de ellos, tal y como hago desde hace muchos años. Como alguien me suelte aquello de que si no lo haces luego no puedes reclamar, le hago comerse mi tabla de retenciones, que la tengo recién impresa y verás si reclamo o no. Llamo a la abstención militante; el día que vote el 10% del censo empezaremos a cambiar algo.

Por cierto, ya que estamos, también podemos pegar la patá a aquellos que nos cuelan el chalé por la puerta de atrás -si nos dejamos- y piden que refrendemos su política chachi piruli de currelas venidos a mas. O lo hacemos o vamos a terminar meando en un váter dentro de una tinaja de más de cien años. Ya les vale.

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