Mestizaje y literatura

Las interacciones entre los mundos nuevo y viejo son enriquecedoras, como muestra la obra 'La princesa inca'

La palabra "mestizo" se ha liberado de las connotaciones negativas que tuvo en otros tiempos. De hecho, la historia de España está determinada por su condición de encrucijada en la que han confluido, los romanos llegados del Este, las sucesivas oleadas de bárbaros que venían del Norte, los árabes que se fundieron con los anteriores y la población autóctona, quedándose aquí ocho siglos; y los judíos de la diáspora y tantos otros. A propósito de los árabes, a veces me pregunto qué sentiría el rey de Granada cuando los católicos Reyes que le vencieron, le dijeran (versión libre): "Hemos terminado de reconquistar la patria que nos arrebatasteis. Vuelve a tu tierra africana, moro invasor". O sea, que con treinta generaciones de antepasados en la península eran invasores. Está claro que la historia la escriben los vencedores.

El mestizaje, entendido generalmente como cruce de razas, puede trasladarse a lo literario. En este ámbito cobra actualidad una figura cumbre de las letras españolas, el Inca Garcilaso de la Vega, hijo de una princesa inca y de un caballero español, el primer gran escritor mestizo de América. El cuarto centenario de su muerte ha sido en parte eclipsado por la coincidencia con el de Cervantes. Su mérito se pone de relieve en estas palabras recientes de Caballero Bonald: "Los primeros cronistas de Indias se enfrentan a un mundo insólito por desconocido, sin ningún previo referente cultural. Y crean una prosa como recién alumbrada, cuya vitalidad exuberante se correspondía con la exuberante vitalidad de las nuevas realidades". Felipe Guamán Poma de Ayala, en su Nueva Crónica y Buen Gobierno, no sólo describe la historia y las costumbres de su pueblo sino que las plasma en dibujos magistrales, que han llegado a España desde Perú y pueden verse estos días en el Centro de Recepción del Puerto de Huelva.

Las interacciones entre los mundos nuevo y viejo son enriquecedoras. Como en La princesa inca, pieza teatral que se presentará en el Centro Cultural de Caja Rural el jueves 17, poniendo frente a frente a la princesa Chimpu Ocllo, madre del Inca Garcilaso, con Magdalena, su criada castellana. Hace menos de un mes la prosa cervantina de El curioso impertinente se mezclaba con los versos de Sor Juana Inés de la Cruz y la excelente coreografía del Altar de Muertos mexicano para crear un espectáculo de espléndida armonía. Mestizaje, vitalidad.

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