Ajuste fino

Antonio Castro / Ancastro@huelvainformacion.es

Manifestacióno procesión

SI tenemos en cuenta que a la manifestación de esta tarde van los sectores políticos que representan a los dos grandes partidos, el PSOE y el PP, que son los que tienen competencias en las administraciones relacionadas con Huelva, y también los empresarios de la FOE y AIQB, más que una manifestación lo que aquí tenemos es una procesión: todos rogamos, pero nadie es culpable; o lo que es lo mismo: las reclamaciones, al maestro armero, que es un señor al que nadie conoce.

Una manifestación se hace para reivindicar algo de alguien. Por ejemplo, empleo de las administraciones, soluciones de los poderes políticos a los problemas relacionados con la economía doméstica... Pero ¿qué es lo que se hace cuando los poderes políticos y económicos están dentro de la manifestación que tiene que reivindicar? Pues, posiblemente, rezar para que nos quedemos como estamos o casi.

El problema de la manifestación de hoy, al margen de las connotaciones preelectorales que pudiera tener, es que llega tarde. Es fácil salir en procesión cuando durante décadas de debate estéril sobre la industria nadie, ninguna administración, ningún poder público, sea del signo que sea, ha tenido la valentía y la capacidad de buscar alternativas a la sangría laboral que ahora se inicia y que puede llegar a ser peor de lo que todos nos tememos.

¿Se imagina usted a Huelva dentro de dos años con tres mil empleos de calidad menos y un esqueleto industrial inútil en el lugar de algunas fábricas? Pues ése es el horizonte y no hay clase política que pueda hoy mirar a los ojos a la ciudad después de tanto tiempo sin haberlo querido prever.

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