El ingenio musical y el sentido del humor de Les Luthiers les ha hecho acreedores al Premio Princesa de Asturias. Curiosamente los personajes relacionados con la música distinguidos hasta ahora con el prestigioso premio -grandes de la lírica, famosos directores de orquesta,…- lo habían sido en el apartado de las Artes; es la primera vez que el jurado los coloca en el de Comunicación y Humanidades. Es sabido que el luthier es el que construye manualmente instrumentos musicales, únicos por tanto, especialmente de cuerda. La RAE no admite la palabra en su diccionario por su aspecto francés, pero bien podía hacerlo con el oficio del artesano, que se llama lutería o laudería. En este último vocablo se advierte fácilmente su parentesco con "laúd", que algunos consideran tiene origen provenzal, pero a mí me gusta más la teoría de que procede del instrumento árabe "ud", al que se antepuso el artículo "la", pasando así desde la península al resto de Europa. Las líneas precedentes son solo un ligero apunte del rico caudal de cultura musical que revelan libros fundamentales de las primeras etapas de la literatura española, como Las Cantigas de Alfonso X el Sabio o El libro del Buen Amor, del Arcipreste de Hita.

De laúdes, pero también de su evolución hacia la vihuela de péñola y la de esta hacia la guitarra barroca, que antes fue guiterne o guitarra medieval, va una velada distinta y apasionante que se celebrará el próximo sábado en el Centro Cultural de Caja Rural del Sur. José Luis Pastor, uno de nuestros más destacados expertos en músicas medievales, recién llegado de ofrecer un concierto en Londres, nos regala sones antiguos, explicados con una amenidad que los hace cercanos, interpretados con instrumentos que cobran nueva vida desde las páginas de los códices donde dormían su sueño de siglos. En Huelva, afortunada esta vez, tenemos la suerte de tenerle entre nosotros al frente del Conservatorio de Nerva, desde donde ha accedido a cerrar con broche de oro la serie de excelentes conciertos organizados este otoño en el OCIb 2017.

Algún amigo me ha dicho que este tipo de concierto no es para Huelva. De lo que estoy seguro es de que los que reserven una hora para asistir a él el sábado van a disfrutar y a emocionarse con la misma música con la que entretuvieron su ocio, se emocionaron y quizá se amaron, nuestros antepasados: un menú musical delicioso con entrada libre.

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