TOCA apretar los dientes. Pensar en positivo. Tratar de ver la botella medio llena y nunca medio vacía. Abstraerse de la cruda realidad que apunta a Ipurúa. Concentrarse en que queda Liga, y que la frase "mientras hay vida, hay esperanza" no es un recurso fácil, sino también una realidad palmaria.

Qué complicado resulta en este lunes de resaca mala ver la Liga de color de rosa . Pero echándole valor al asunto, aplico la realidad de un fútbol más que convincente del Decano, la verdad de las ocasiones que disfruta en los partidos -ante el Athletic también- y la certeza de que hay otros equipos igualmente 'tocados' moralmente, para levantar la cabeza que está agachada desde que Aduriz elevó la suya y pensar en positivo.

Costará trabajo asimilar la pérdida de dos puntos quien sabe si vitales, la ocasión perdida de salir de los puestos de descenso. Pero no queda más remedio que ponerle coto a esa desazón y agarrarse al clavo ardiendo de la esperanza. La que dice que con 24 puntos por delante aún es posible muchas cosas.

No es momento de desanimarse, de tirar la toalla ahora mismo, con lo que queda por delante, sería irresponsable e impropio de un equipo que, de momento, está empatado con otro, tiene a un segundo a tiro de partido, y a otros dos a partido y medio. Ni mucho menos. Es el momento de cerrar filas, perseverar en todo lo bueno que tiene este Recre -que lo tiene-, y a tratar de poner coto a esas deficiencias que tanto daño le está causando.

En esta Liga columpio de sensaciones -hoy sí, mañana no, hoy sí…-, nadie puede descartar que el Recre pueda asomar la cabeza después de enjaretar una serie positiva de resultados tal y como ha hecho el Athletic. Si, el mismo Athletic que vimos el domingo. O sea que...

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