La Lomce o el precio de la falta de consenso

EL Congreso puso ayer en evidencia el naufragio de la Ley Orgánica para la Mejora de la Calidad Educativa (Lomce) al aceptar una proposición de ley del PSOE para frenar su calendario de aplicación. Una vez más se puede comprobar que la gran apuesta en materia de educación de la recién finalizada legislatura del PP ha sido un gran fracaso debido, sobre todo, a una cuestión fundamental: la incapacidad de su impulsor, el ex ministro José Ignacio Wert, de llegar a acuerdos ni con la oposición ni con el amplísimo sector educativo. En el momento en que los populares han perdido su mayoría absoluta, la Lomce se está derrumbando como un castillo de arena. Prueba de ello es el resultado de la votación de ayer: 186 votos a favor (PSOE, Podemos, DiL, PNV, Compromís y Bildu) con 112 en contra (PP, ERC, Foro Asturias y UPN) y 41 abstenciones (Ciudadanos).

Lo que aprobó ayer el Congreso de los Diputados, sin embargo, se quedará en papel mojado si, finalmente, se disuelven las cámaras para la convocatoria de elecciones generales el próximo 26 de junio y no se puede culminar el proceso, que exige llevar la propuesta a comisión, primero, y al Senado, después, donde el PP tiene mayoría absoluta. Por tanto, la aplicación de esta ley ya tocada de muerte continuará. Es decir, la comunidad educativa tendrá que seguir dedicando esfuerzos materiales y de personal para poner en marcha un texto al que ya todo el mundo sabe que no le queda mucho tiempo. El ejemplo más llamativo de esta aplicación será la organización de la evaluación externa que deberán de hacer este mes de mayo los alumnos de sexto de Primaria, la llamada reválida. La realización de estas pruebas serán una auténtica pérdida de tiempo y una muestra más del callejón sin salida en la que se metió el Gobierno con una ley en la que ya ni siquiera creen.

Ya se ha convertido en un lugar común afirmar que uno de los grandes fracasos de nuestra democracia ha sido su imposibilidad para dotarse de un marco estable y consensuado que garantice una educación de calidad. En este sentido, la Lomce ha sido un nuevo fracaso y deberíamos aprender definitivamente la lección. Uno de los principales objetivos del próximo Gobierno de la nación, sea del signo político que sea, debería tener como principal e inaplazable objetivo elaborar y consensuar con la oposición una ley educativa que tenga garantizada su continuidad.

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