Antonio J. / Mazo

Leones, pero no tanto

Este Athletic es un equipo sin excelencia ni exquisiteces, pero competirá con bravura

EL principal problema deportivo del Athletic ha sido la falta de criterio y confianza. Hace no mucho, Valverde les hizo quintos, pero le botaron. Malos presidentes, despilfarro en fichajes mediocres, carencias graves en portería y defensa, ausencia de centrocampistas de clase y demasiados entrenadores. Con un juego que apenas transmite, y al más genuino estilo norteño (balones arriba, segundas jugadas), van renqueando año a año las permanencias. El nuevo presidente Macua, con lo que tiene, sabía lo que se hacía al llevarse a Caparrós de 'apagafuegos', entendiendo que el de Utrera considera el fútbol un estado anímico construido día a día, que es un resabiado en las relaciones sociales que domina como un tahúr, y que son vitales para comprometer a la gente en el proyecto. Que hay 50 conceptos de fútbol, y que ha de elegirse uno para identificar el plantel con una manera de sentir, de entrenar y de jugar. Ese es el Athletic que encontrará el Recreativo. Un equipo sin excelencia ni exquisiteces, pero competirá con bravura, la pura imagen de su 'míster', es decir, no rendirse jamás y sacar el orgullo de un escudo legendario cuando peor van las cosas. Ahí, incluso su afición siempre está por encima del equipo. No debe tener mañana el Recreativo complejo alguno ante los 'leones' a los que, como mínimo, ha de igualarles en intensidad de juego, tesón y confianza. Si además busca inteligentemente los espacios, hay rapidez en los desmarques y repliegues, y una solidaridad entre líneas, la cosa promete emociones fuertes. Porque, bueno, aquí ya nos hemos acostumbrado ni a ver arbitrajes no irritantes ni diez tranquilos minutos finales. ¿Será mañana la excepción?. Decía Lafontaine que "el 80% del éxito está en la motivación. Cuando algo enciende tu alma, lo imposible desaparece". Enfrentarnos a un rival teórica e históricamente (de palmarés, no por decanato) superior, debe dar un plus de energía vital a los jugadores y, sobre todo, a la afición que, aunque no lo parezca, también juega. Y mucho. Vayan a San Mamés si no.

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