ANTIGUAMENTE el segundo entrenador se limitaba en los ensayos a pitar los partidos, repartir los petos y adiestrar a los porteros. Hoy en día eso ha cambiado y el trabajo en equipo técnico ha significado una mejora importante en la preparación. Un entrenador siempre ha de estar rodeado de un buen grupo de colaboradores para conseguir la mayor eficacia de su trabajo. Cuando se habla de nivel profesional, el elenco que ayuda al "míster" suele formarlo un segundo, un entrenador específico de porteros, el preparador físico, un ojeador que emite informes de los equipos rivales, el cuerpo médico, los fisioterapeutas y recuperadores. Hoy me centro en la elección de Juanma Rodríguez como segundo del Recreativo, donde confluyeron elementos clave que daban el perfil idóneo. A falta de experiencia, primó su potencial valía: ex-jugador de la casa, joven aún, futbolista en activo ( aún siéndolo en Regional ), formación académica y título nacional, y persona de total confianza con la anuencia del primer entrenador. Pero por encima de lo reseñado, lo que más destacaría de Juanma es su lealtad a Zambrano. Porque, además de ser su componente y soporte, tanto en los entrenos como en los partidos, o esa voz al oído que le comenta a Manolo ese detalle que se le va por estar demasiado concentrado en en otras cosas, todavía casi se siente jugador y , por lo tanto, cercano a ellos. Una especie de bisagra con el 'vestuario', a quien ofrece confianza, como un filtro que , de manera constructiva, dispone esa información en aras de la mejora del equipo. Unan a ello su ilusión, el estar muy atento a las funciones que le delegan y el llevarlas a cabo con la mayor eficacia.Queda un año complejo, donde ellos ya tienen la máxima responsabilidad, sin herencias de nadie, y donde la conexión y sintonía entre ambos serán vitales en los momentos - que vendrán- de soledad. Una relación de plena y recíproca confianza como una plena coincidencia en la forma de entender el juego que son y serán básicas para esta tercera intentona de permanencia.