El Maragall, un día que le falló el autocontrol, soltó lo del 3%. Vamos, que se chivó en el Parlament, y ahora vemos a la pasma reconstruir los documentos triturados. El contable en chirona y los capos de rositas.

El Urdanga vio que esto es ¡Jaujajaja! en el país en el que los políticos pueden otorgar dinero público como les de la real legalidad vigente, que para eso se han montado un Código Penal y una Constitución a su medida, tiro por el camino lógico de quien ha perdido el sentido de la realidad, tontura al margen, que también. Aquel correo suyo con la foto de las chicas ciclistas en topless es un documento monumental a la estupidez, equiparable a aquella imagen en la que el Rey emérito nos dijo que no volvería a matar elefantes.

De Jaujajaja es que el juez que presidirá el Tribunal que ha de juzgar a Chaves y a Griñán sea un exalto cargo de la Junta. Sin embargo, lo que es de traca, no es eso; lo adacadabrante es que la legalidad vigente permita que este profesional entre en el sorteo para presidir dicho Tribunal.

Somos un país de jauja y pandereta. El problema es que somos pobres y muchos, y asumido que hemos traspasado los límites del no hay remedio, aquí las cabras se han echado definitivamente al monte y salga el sol por Antequera.

De tal guisa, cualquier cornicúpeto con el mínimo poder, en relación inversamente proporcional a su inteligencia y sentido común, conectado al mediocre superior en el escalafón, te monta el numerito nuestro del día a día; verbigracia: la realidad cotidiana de este bendito país.

Injusto y falso sería decir que no hay talento, gente que tiene los pies en el suelo y ganas de hacer las cosas de otra manera. Claro que sí.

Pero cuando le damos al botón de la caja tonta y vemos la realidad, y lo que nos ha deparado el día, y lo cotidiano, y los recuerdos, y la vida que pasa... y miramos a nuestros jóvenes y al futuro, me planteo si es el bosque el que no nos deja ver el árbol.

Lo que debería ser lo habitual se ha convertido en lo excepcional y lo anecdótico. Nos han contaminado.

Nunca pudimos imaginar que acabaríamos reivindicando la pandereta.

Antes muerta que sencilla.

Aunque nunca tuvieron razón las mayorías, este estado de cosas sería soportable si la media estuviera algo mejor.

La distancia de Jauja a Jaujajaja empieza a ser insoportable.

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