La firma

Antonio / Fernández Jurado

Increíble olimpismo

HAY cosas, situaciones, declaraciones..., que resultan inexplicables y más, cuando las mismas provienen de personajes cuyas manifestaciones tienen impacto en la opinión 'pública y publicada'. Y digo esto, en referencia a lo dicho por el señor Hein Verbruggen, a propósito del conflicto del Tibet y las tenues llamadas al boicot -político- de los Juegos Olímpicos de Pekín (yo sigo nombrando así a la capital de China) porque no ha tenido otra ocurrencia el citado señor que hacerse en público una pregunta parangonando la cuestión del Tibet con la del País Vasco y, al tiempo, insinuando si procedería preguntarse por el tema vasco ante una hipotética Olimpiada en España.

Pues bien, el presidente de la Comisión de Coordinación del COI, ha hecho patente lo bárbara que puede resultar la ignorancia, además de importuna e inconsistente la formulación expresada. Y es que habría que comenzar por averiguar que es, para este señor el País Vasco, ¿un apéndice del territorio español?, ¿una extensión geográfica invadida por España?..., vayan ustedes a saber, cualquier cosa es posible.

En el Tibet, por otra parte, la revuelta no es por una aspiración de independencia sino una reivindicación de libertad, contrariamente a lo que sucede en determinados sectores y personajes de la política vasca.

No es el Dalai Lama un sedicioso, como le acusan, sino un defensor y propulsor de la paz, por cierto, uno de los fundamentos del olimpismo, en la antigüedad se detenían las guerras, ¿ahora, tendría que haber un nuevo Tiannmen para que el COI ejerciera alguna mediación?, esperemos que no y que las voces ¿autorizadas o autoritarias? De significados personajes del olimpismo, tal cual es el ínclito Samaranch, se modelen y moderen, no como hace unos días, en una entrevista el emérito presidente del COI, se permitía decir: "que si los políticos no quieren asistir a la ceremonia, no hacen ninguna falta".

No negaré que, a fecha de hoy, pueda ser una certeza pero, también, una osadía y un claro desagradecimiento porque Samaranch sea de esos personajes a los que la Transición política le ha "lavado" su biografía, no debería olvidar que su ascenso en el olimpismo se fraguó gracias a su militancia franquista que le promocionó -entre otros cargos- a las relaciones diplomáticas con los países del Este, fundamentales en su elección como Presidente del Movimiento Olímpico, puesto al que accedió tras los juegos "boicoteados" de Moscú.

Todo un sarcasmo, siempre militó en algún tipo de "movimiento". Por otra parte, los juegos se conceden a ciudades, las ciudades tienen alcaldes y los alcaldes son cargos políticos, así que menos prepotencia, más prudencia y más atención al cumplimiento de los Derechos Humanos que debería ser, también, una clara aportación de la Carta Olímpica.

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