POR no ser excesivamente exigentes, sólo con que los Reyes Magos le trajeran este año a Huelva lo que tiene pendiente dentro de lo posible, habría que dar 2008 por el principio de la nueva ciudad del siglo XXI: el puente de Manterola, la estación de Calatrava con su AVE y el Ensanche... Naturalmente, ninguna de las tres cosas se puede hacer en un año, pero sí tendrían que empezar en este que se inicia si los Reyes Magos nos escuchan.

La cuestión está en saber de qué majestades depende que estas tres cosas se cumplan y Huelva pueda contar con ellas. El puente de Manterola lo está gestionando la Junta; la estación de Calatrava la ha presentado la ministra de Fomento en la Diputación, y el Ensanche depende de una comisión mixta. Pues bien, con este abanico en la mano, el problema está en que quien elige a los Reyes Magos que tienen que traer esas tres cosas para Huelva es el alcalde, de quien, precisamente, no dependen ninguna de las cosas que tienen que venir, bien porque se las han arrebatado bien por cuestiones de competencia administrativa.

No quiero decir con esto que tenga que ser Magdalena Álvarez ni Petronila Guerrero ni nuestro querido Javier Barrero quienes elijan a los Reyes Magos de Huelva, pero mucho me temo que el problema del día de la ilusión es que los camellos van por un lado y los reyes por otro y así podemos seguir caminando por el desierto hasta que el sol se pare en el horizonte.

Mientras tanto, habrá que conformarse con la cabalgata y con ese mirar de chiquillos al paso de la comitiva. Lo demás, más que de sus majestades, depende de los hombres y mujeres de buena voluntad.