Las dos orillas

José Joaquín León

Gripe por aquí y por allí

VIVIMOS en un mundo globalizado cada vez más atontado. Creemos que estamos más prevenidos para las catástrofes y azotes de las enfermedades, pero nos encontramos en manos de políticos y pseudocientíficos que se aprovechan de la ignorancia ajena para dárselas de enterados. Un ejemplo impresionante es el de la gripe AH1N1 (antes porcina). Tenemos al mundo mundial alzado en alerta… Y todo para una enfermedad que no ha causado todavía ninguna muerte en España. En lo que va de año han muerto 652 personas en las carreteras españolas, y el dato se considera positivo porque en 2008 fallecieron 756 en ese periodo. Nadie propone que se prohíba el tráfico.

Sin embargo, ayer los diarios digitales tenían entre sus más importantes noticias que ha aparecido el primer infectado de gripe AH1N1 en China, donde viven más de 1.300 millones de personas. Un chino llamado Bao pilla la gripe de marras y es noticia mundial. Pero ¡ojo! Este chino, un universitario que estudiaba en EEUU, no ha muerto, sólo está malito, ingresado en un hospital de Chengdú, en la provincia de Sichuan. En África mueren miles de personas todos los días por hambre y sida, pero no llama la atención.

Estamos ante una gripe que cambia según los vientos. Un día se publica que el 50% de la población europea corre el riesgo de contraer la enfermedad, citando fuentes de la OMS, que se ha lucido, y al día siguiente se dice que no, que eso no estaba confirmado. Algunos pensarán que la gripe AH1N1 (antes porcina) no ha tenido consecuencias más graves en España gracias a las eficacísimas medidas ordenadas por el Ministerio de Sanidad, que comanda la ministra Trinidad Jiménez. Otro error. Estamos en disposición de asegurar que si no hay epidemia es un milagro, pero conviene saber que se han dado casi todas las circunstancias favorables para que la hubiera.

Como ya se ha comentado, sólo en la Facultad de Derecho de Sevilla hay dos casos confirmados, uno más que en China. Pues estos dos alumnos, que estuvieron en la Riviera Maya, regresaron enfermos sin mascarilla ni protección en el avión con sus compañeros, y nadie les hizo controles en Barajas. Uno de los que padecía la gripe AH1N1 se desplazó en el Metro de Madrid antes de ser hospitalizado en el Carlos III. La otra chica enferma volvió hasta Morón, donde quedó aislada en su casa. La mayoría de los compañeros, que estuvieron en contacto con los dos, pasaron por la Feria y viajaron en el Metro de Sevilla. Y el lunes, a clase. Las medidas de prevención posteriores se limitaron a los alumnos que estuvieron más próximos, pero no a todo el grupo. Casos semejantes se conocen en otras ciudades.

Si esta gripe es como la de 1918, pronto descenderá el paro.

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