Saque de banda

Jaime / batlle

Garabatos (*)

UNA vez conocí a un tipo del que me enamoré al escucharle decir que había que aprender de las recetas de los sabios, de las lecturas y de las letras de las canciones. Fue en una clase reciente, donde yo hacia garabatos antes de unir los puntos hacia atrás que entonces no sabía. Desengaño en mayúsculas del lugar donde me encontraba.

Después le dieron un premio Nobel a un cantante.

Quizá, como dice una canción, alguna vez fuimos garabatos de nosotros mismos. Bendito sea el garabato que puede enmendarse, para pasar a mejor trazo con el tiempo y lo que uno va aprendiendo. Tachones inevitables e imborrables, de esos que manchan el papel a cuadros de la libreta colegial de la existencia, por los desengaños recibidos y algún que otro cometido.

Demasiado garabato anda suelto, "lo que queda en la mirada no es que esté escondido, pero hay cosas que sólo se ven, si pasas cerca del abismo". No lo dijo Steve Jobs en una canción, sino en su memorable discurso en Stanford cuando ya sabía que se moría.

"No puedes conectar los puntos hacia adelante, sólo puedes hacerlo hacia atrás". Mucho antes lo había dicho de otra forma Soren Kierkegaard. Lástima que no le hubieran puesto música; aún no se daban premios Nobel.

"Yo la quería besar y ella quería morderme", bien podrían ser la vida o los labios de alguien. Todo beso con amor es en esencia y principio un garabato; algo así como la vida. Sólo la paciencia y la bondad reconducen el garabato a lo legible.

"Cada mañana en el espejo le saludo siempre al viejo, que llegó cuando se fue el chaval" como si pasáramos de hacer garabatos a escribir como los ángeles a través de la experiencia; más no es cierto. La que dejamos escrito está en la distancia que va de la inocencia a la torpeza.

Por eso, entre mis propios garabatos y los ajenos, me refugio en " las canciones que te dan de frente y te señalan el camino"

"Y ahora que se que me engañó, sólo me queda por decir, que cada vez que me perdí, me encontró la vida"

Sí. Al final nos quedamos solos con nuestros recuerdos y nuestros garabatos. Aunque la vida siempre salga al encuentro o nosotros a toparnos con ella; es lo que llamamos coraje.

Sólo es necesario que otros ojos te entiendan. Siempre un par en algún momento. Sólo así se puede hacer más llevadera la existencia, antes de transformarse en recuerdo y conseguir unir los puntos hacia atrás.

Aunque casi siempre tarde.

Definitivamente nos pasamos la vida haciendo garabatos, intentando unir los puntos que no entendemos. Sólo los que tienen el privilegio de unirlos al final, pueden concluir, superados los desengaños, ordenar en paz los recuerdos. Es entonces cuando el garabato muda en dibujo; la obra de arte de tu vida. Lo malo es que no lo sabes hasta el final.

(*) Canción de Fito & Fitipaldis.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios