Funcionamiento en espiral

A nivel global ha habido un retroceso de la reflexión, solidaridad y responsabilidad ética y política

A style="text-transform:uppercase">l contrario de que lo que decía Jorge Manrique, que cualquier tiempo pasado fue mejor, hay quienes piensan lo contrario y le otorgan al presente una mayor valoración. Es posible que en algunas cosas pueda ser lo último como, por ejemplo, el caso de la tecnología y de la diversificación de las fuentes de energía. En los dos últimos siglos se ha avanzado espectacularmente. Así, con respecto a lo primero, su verificación es muy fácil con sólo fijarse en los ordenadores y, en cuanto a lo segundo, para darse cuenta de los progresos, basta recordar que los seres humanos podían emplear únicamente la energía procedente de los músculos y poco más mientras que hoy las posibilidades son muy variadas, desde los combustibles fósiles a la eólica, pasando por la nuclear. Pero eso sí, todo con sus pros y contras, por lo que hemos de ser precavidos con las conclusiones a las que lleguemos. Sin embargo, existen otros aspectos del ser humano en los que ya no está tan claro ese progreso y a los que podría aplicárseles la llamada ley del péndulo o, en algunos casos, otra, la del funcionamiento en espiral, pues regularmente se vuelve a situaciones o posiciones de otras épocas pero acompañadas de algunas variantes que las diferencian un poco. Piénsese para esto último en el cómo se oscila de democracia a autoritarismo o de sociedad libre y crítica a otra de seguimiento irracional de líderes y de interpretación y aceptación dogmática de la vida.

Los resultados de algunas de las últimas elecciones y referéndum a escala internacional dan prueba de lo expuesto. En más de un caso da la impresión de que se añora a alguien que concentre un ingente poder y que mande mucho, hasta en detalles de la esfera íntima o individual, admitiéndosele incluso, como reconocimiento de su poderío, el abandono de ciertas reglas mínimas en la comunicación o la vulneración del principio del respeto hacia los discrepantes o adversarios. Comienza la era Trump, la que muchos nunca se imaginaron; un claro ejemplo de que socialmente algo no marcha bien. Por ello, cabe hacerse algunas preguntas, tales como ¿sus votantes están a favor de la libertad, democracia y derechos humanos o por el contrario prefieren su restricción o ausencia? o ¿su modelo social es el de la de la pura y dura ley del más fuerte y del sálvese quien pueda? Por desgracia, a juzgar por lo que viene aconteciendo, parece que, a nivel global, ha habido un retroceso de la reflexión, la solidaridad y la responsabilidad ética y política.

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