Visiones desde el Sur

Elucubraciones

Sólo somos ya un arquetipo: un clon repetido hasta el empacho en una sociedad 'orwelliana'

Todas las personas disponemos de registros para adaptarnos a las circunstancias. Podríamos afirmar que llevamos en sí todos los argumentos posibles que nos harían salir airosos de los atolladeros que la vida nos impone y poder así buscar la senda más adecuada a nuestros intereses. Pero, esto, que es cierto, lo es sólo en origen, porque, a partir del nacimiento todo se complica. Las relaciones sociales, la familia, el trabajo o la vertebración social en que estemos inmersos, hacen que las personas tengamos que especializarnos. De esta manera, nos convertimos en expertos en unas pocas cosas en detrimento de un conocimiento más amplio, humanista, que nos daría la cualidad de intervenir con mayores posibilidades de éxito en lo que a nuestro alrededor acontece.

La cuna donde vemos la luz, la transmisión genética, el género, el color de la piel, la formación, la estructura económica y política de la sociedad que habitemos o el medio natural ponen un contrapeso muchas de las veces insalvable. Y así, pasados unos años y una vez que el vórtice social nos ha engullido -marcándonos a fuego las características que nos correspondan- comenzamos a ser símbolos arquetípicos de un lugar concreto, que ejecutan de forma autómata los actos definidos para el segmento en que nos movemos.

Nos convertimos en usureros y actuamos como tales, en xenófobos y hacemos lo propio, en asesinos y matamos a nuestra compañera porque entendemos que si no está con nosotros no debe estar con nadie, en fin, en algo sobre lo que deberíamos meditar más de lo que lo hacemos. Porque, de esta forma, dejamos de ser personas para pasar a ser esclavos. Si no nos elevamos sobre el árbol que nos retrata como miembro de un colectivo, si no somos capaces de ver más allá de lo que se nos muestra -que siempre es interesado- perdemos nuestra libertad, uno de los dones más preciados, además de perder la capacidad de reflexionar, de poseer un juicio crítico sobre las personas, las cosas y las circunstancias que nos envuelven. Sólo somos ya, un arquetipo: un clon repetido hasta el empacho en una sociedad orwelliana de la que no podremos salir. Y así nos va… queriendo emular constantemente al vecino, al conocido, al que sale en las revistas, en la televisión o, comprando esto y lo otro porque tal o cual lo posee.

Y esto tiene un nombre, se llama intervención, les guste o no a los que hasta ahora se lo llevaron calentito y con muy poco esfuerzo, que son muchos.

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