Don Quijote y la Catrina cabalgan juntos

El caballo de Cervantes / Posada volará, como Pegaso, para cruzar el océano con su pareja de jinetes.

Don Quijote cabalga de nuevo, "lanza en astillero" y dispuesto a desfacer todo tipo de entuertos. A su grupa lleva, montada a la amazona, una figura femenina, pero no se trata de la sin par Dulcinea de sus delirios de amor, sino de una dama lujosamente vestida, con un espectacular sombrero adornado con flores y luciendo una amplia sonrisa… en la calavera de su rostro. Ella es la Catrina, figura imprescindible de la Fiesta de Muertos mexicana, creación del genial grabador José Guadalupe Posada. Les lleva Rocinante, el "rocín flaco" que imaginara Cervantes, que ha perdido todas sus carnes para quedarse en puro esqueleto, transfigurado también por Posada. La unión de estos personajes ¿de ficción?, originarios de España y de México, pero que ya forman parte de la iconografía universal, ha servido de motivo a otro genio, Ángel Boligán, para plasmar en el cartel de la décima edición del Otoño Cultural Iberoamericano el concepto de fusión de culturas, que lleva impreso en su genética el OCIb. Esta misma idea se traduce en la divisa "uniendo", integrada en el logotipo que Baldosas Amarillas ha creado para los diez años de la convocatoria.

Después de ser desvelado, el cartel lució por vez primera en el excelente Concierto Internacional de Directores de Orquesta, que el pasado sábado anticipó el inicio habitual de la programación en otoño. Pocos días después, el 23 de agosto, el caballo de Cervantes / Posada volará, como Pegaso, para cruzar el océano con su pareja de jinetes. Galopará hasta el Centro Cultural Mexiquense Bicentenario, para presidir la inauguración de Sin palabras, donde encontrará cien dibujos, seleccionados por sus autores, El Roto y el propio Boligán, entre los miles de viñetas con que diariamente hacen reflexionar a sus admiradores de los diarios El País (España) y El Universal (México). Será la cuarta etapa -la primera en América- de una exposición creada para la anterior edición del OCIb y que ya ha causado sensación en Huelva, Sevilla y Cádiz.

Estas incursiones del Otoño Cultural en el calendario veraniego parecen indicar que le resulta difícil ceñirse a los tres meses de la estación otoñal. Algo similar sucedió con la exposición de las ilustraciones del cronista de Indias Guamán Poma de Ayala, clausurada en el Archivo de Indias, de Sevilla, a primeros de junio pasado. Son, en todo caso, satisfactorios indicios de la vitalidad del OCIb.

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