Visiones desde el Sur

Disquisiciones (IV)

Las campanas están deseando repicar a duelo; incluso, hay clérigos que se apuntarían a tocarlas

Decía en mi artículo anterior que hoy hablaría sobre el Gobierno de España. Vamos a ello, pues. El Sr. Rajoy tenía la obligación de hallar una fórmula que permitiera llegar a un consenso político, de Estado, en el Parlamento español, para que las exigencias cada vez más subidas de tono de los representantes legítimos de Cataluña (nos gusten o no) hubieran encontrado una salida democrática ajustada a la Constitución de 1978 -incluso para su modificación si fuera necesaria- que diera cabida a todos los pueblos que conforman el mosaico de ese constructo que se llama España. Pues no. Igual que en otras tantas ocasiones, usted ha dejado pasar el tiempo sin formular nada, sabiendo que la judicatura, y las fuerzas de seguridad (incluida los Mossos d'Esquadra) son policías judiciales y han de acatar, como es lógico, lo que los jueces, magistrados y tribunales ordenen en cada caso. Punto.

Pero esto no lleva a solución alguna teniendo en cuenta que los gobernantes de Cataluña están dispuestos a inmolarse, a ir a la cárcel, a convertirse en mártires, que es lo que desean, por conseguir una república catalana. Ellos anhelan detenciones, heridos, muertos si hacen falta, para conseguir sus objetivos; y eso está dentro del esquema milimetrado que han diseñado para abandonar España.

Ha medido mal las consecuencias de su comportamiento, Sr. presidente; y mucho cuidado con su órdago, está usted creando acérrimos soldados de la extrema izquierda y de la extrema derecha en España, algo que habíamos olvidado pero, el renacer de los mismos en Europa demuestra que están ahí, al acecho, esperando para entrar con todo su galimatías y toda su parafernalia trasnochada.

Y yo me digo, orgulloso pero inocente ciudadano de este país, ¿para qué sirve la política entonces, Sr. presidente? ¿Los problemas entre la ciudadanía han de resolverlos los jueces, los policías o los militares? ¡Por favor…! ¡Cambie de asesores ya, inmediatamente, por su bien y por el de España!

No puedo saber -usted tampoco- qué pasará el día 1-O en España, porque Cataluña es España. Pero sí le digo que las campanas están deseando repicar a duelo; incluso hay clérigos que se apuntarían voluntarios para tocarlas e incentivar a las masas, en un sentido u en otro, porque la Iglesia siempre permanece, no lo dude: tiene encima veinte siglos de diplomacia.

Pero el problema no se resolverá el día 1-O, habrá que saber qué pasa el 2, y el 3, y el 4, y el 5, y el 6...

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